Tribuna:

El ojo del huracán

Cubiertas explota. La temperatura de este valor ha llegado a ser incandescente en medio de un baile de ofertas que circunda como un ciclón a todas las constructoras. En las cementeras está el ojo del huracán. De momento no hay barrera, por muy alta que sea, capaz de soportar los fuertes tirones de la demanda que se lleva por delante todo el papel saliente. Cubiertas no consigue frenar el aluvión que se le viene encima desde el propio sector ni con el mecanismo defensivo de una emisión convertible. En el corro, Molins aflojó levemente mientras Sanson tomaba el relevo con una lista de espera...

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Cubiertas explota. La temperatura de este valor ha llegado a ser incandescente en medio de un baile de ofertas que circunda como un ciclón a todas las constructoras. En las cementeras está el ojo del huracán. De momento no hay barrera, por muy alta que sea, capaz de soportar los fuertes tirones de la demanda que se lleva por delante todo el papel saliente. Cubiertas no consigue frenar el aluvión que se le viene encima desde el propio sector ni con el mecanismo defensivo de una emisión convertible. En el corro, Molins aflojó levemente mientras Sanson tomaba el relevo con una lista de espera entre el 10% y el 15%. En Molins pesa la sindicación de los mayoritarios y en Sanson el paquetazo de Banesto. Es el baile del cemento, selectivo y sin invitados.

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