El estalinismo Sajarov y Gorbachov

Volkenstein no gusta demasiado de discutir detalles concretos, pero cuando se habla de política y de la reforma que se está llevando a cabo en su país, contesta como si fuera una obviedad que está "totalmente a favor de la perestroika de Gorbachov y todo lo demás", que en el mundo de la ciencia, asegura, se ha notado muchísimo."Para los intelectuales ha supuesto un enorme avance", explica; "tenemos libertad, tenemos muchas más posibilidades de viajar y de entrar en contacto con el resto del mundo, de intercambiar información con científicos extranjeros, de publicar fuera de la URSS. Tod...

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Volkenstein no gusta demasiado de discutir detalles concretos, pero cuando se habla de política y de la reforma que se está llevando a cabo en su país, contesta como si fuera una obviedad que está "totalmente a favor de la perestroika de Gorbachov y todo lo demás", que en el mundo de la ciencia, asegura, se ha notado muchísimo."Para los intelectuales ha supuesto un enorme avance", explica; "tenemos libertad, tenemos muchas más posibilidades de viajar y de entrar en contacto con el resto del mundo, de intercambiar información con científicos extranjeros, de publicar fuera de la URSS. Todo se ha vuelto mas fácil, pero, por supuesto, ahora necesitamos mucho más dinero".

No tiene ningún reparo en hablar de los desastres del estalinismo, de cómo por medio del Lisenko se aniquiló una de las más importantes escuelas genéticas del mundo, la iniciada por Vavilof. "Antes de Lisenko", explica Volkenstein, "nuestra biología, especialmente la genética y la biología de la evolución, estaba en un altísimo nivel. Babilov, que murió en la cárcel en tiempos de Stalin, fue uno de los mayores genios de la genética. Muchos otros sufrieron también la marginación. Las consecuencias de este desastre las estamos sufriendo ahora. Perdimos el tren de la biogenética porque una escuela es algo muy importante que no se improvisa". Como miembro de la Academia de Ciencias de la URSS y como compañero de Andrel Sajarov en el grupo Tribuna de Moscú, Volkenstein analiza el caso del famoso risico disidente.

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Entre otras cosas, asegura que Sajarov -que siguió siendo miembro de la Academia durante todo el tiempo que estuvo exiliado en Gorki- siguió trabajando y recibió su- salarlo, e incluso "una o dos veces al mes recibía en su casa a sus colegas de Moscú para discutir de temas científicos, e incluso durante esos años publicó varios trabajos dedicados a la cosmología, que es el tema que ahora le interesa".

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