La Administración insta a la asociación El Patriarca a que legalice sus centros de toxicómanos

Cinco administraciones autonómicas han instado a El Patriarca para que legalice sus centros de atención al toxicómano, modificando y adecuando sus comunidades a los criterios y controles establecidos por las autoridades sanitarias. En caso de incumplimiento podría decretarse el cierre de los centros terapéuticos. Estas indicaciones coinciden con la decisión del ministro de Sanidad francés de someter a la asociación fundada por Lucien Engelmajer en 1972 a una inspección con el fin de examinar si en sus centros se respetan las libertades fundamentales de los intemos, las garantías éticas y sanit...

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Cinco administraciones autonómicas han instado a El Patriarca para que legalice sus centros de atención al toxicómano, modificando y adecuando sus comunidades a los criterios y controles establecidos por las autoridades sanitarias. En caso de incumplimiento podría decretarse el cierre de los centros terapéuticos. Estas indicaciones coinciden con la decisión del ministro de Sanidad francés de someter a la asociación fundada por Lucien Engelmajer en 1972 a una inspección con el fin de examinar si en sus centros se respetan las libertades fundamentales de los intemos, las garantías éticas y sanitarias y las normas legales.

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Las administraciones de las comunidades autónomas de Cataluña, Valencia, Extremadura, Castilla y León y Galicia han instado a los responsables de El Patriarca a que adecuen y modifiquen las estructuras de sus centros terapéuticos de acuerdo con unas normas mínimas de habitabilidad y profesionalidad, que garanticen el tratamiento de los toxicómanos y posibiliten además el control social de este tipo de instituciones. Estas normas han sido elaboradas por los responsables de Sanidad de cada una de las autonomías de acuerdo con unos criterios orientativos dictados en junio de 1987 por el Plan Nacional sobre Drogas.Los responsables de El Patriarca no han atendido, por el momento, estos requerimientos, aunque en la mayoría de los casos se encuentran todavía dentro del plazo para llevar a término las modificaciones pertinentes. El incumplimiento de estas normas podría acarrear el cierre de los centros de El Patriarca, que se encuentran ahora amparados por permisos otorgados por el Ministerio del Interior.

El Patriarca considera que algunas de estas normas suponen una injerencia de la Administración en su organización, así como una desnaturalización de sus métodos de tratamiento, por lo que en su opinión son inaceptables. Un portavoz de la asociación aseguró, sin embargo, que están dispuestos al diálogo y a someterse a cualquier investigación, si respeta su autonomía.

La red más potente

El Patriarca posee en todo el mundo una red para tratamientos de los toxicómanos formada por cerca de 200 centros, 60 de los cuales se encuentran en España. Lucien Engelmajer ha manifestado en diversas ocasiones que tiene "especial debilidad" por España, donde en 1986 contrajo matrimonio con una valenciana. Desde hace pocos meses la dirección internacional de su asociación ha sido trasladada a Valencia, abandonada su anterior sede radicada en Francia.Desde 1983 la asociación de Engelmajer ha sido la comunidad terapéutica hegemónica en nuestro país, por el número de plazas y por ocupación total. Entre 1983 y 1985, El Patriarca disponía del 72,3% de las plazas de internamiento, según se desprende de un estudio del sociólogo Domingo Comas. En los tres últimos años esta hegemonía ha ido decreciendo, a raíz de la aparición en España de otros proyectos terapéuticos y especialmente como consecuencia de la nueva política.

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Los efectos de la actuación de la Administración en este sector se detectaron en 1986 cuando El Patriarca, según el sociólogo antes citado, redujo su influencia en el país en un 20%, mientras se incrementaban otras ofertas, incluida la red pública. El Patriarca continúa actualmente siendo la red terapéutica más importante del país, aunque sin llegar a superar el 40% de las plazas de internamiento totales. Los expertos en planificación sanitaria aseguran que aproximadamente un 10% de los 25.000 toxicómanos atendidos en España acuden a la red asistencial de El Patriarca.

A medida que las autonomías han ido estructurando la propia red asistencial para las toxicomanías, han podido enfrentarse al monopolio de El Patriarca, cuestionándose sus métodos y reclamando la modificación de sus centros.

Los responsables de la política sanitaria de la Comunidad Valenciana y de Extremadura han manifestado a EL PAÍS su firme decisión de clausurar los centros de El Patriarca, si no se respetan las normativas y se modifica la estructura de los centros y se les dota de equipos mínimos profesionalizados.

En 1987 el gobierno extremeño se opuso a que El Patriarca abriera un centro en la provincia de Badajoz, a pesar de que un particular había cedido ya el terreno donde edificar la sede de la comunidad. Desde esta fecha el departamento de Sanidad de Extremadura ha requerido reiteradarnente a El Patriarca que adecue y modifique las instalaciones de la única comunidad que la asociación tiene en la región, situada en Haza de la Concepción (Cáceres). Se ha elaborado un informe sobre el tema y de no encontrarse una solución satisfactoria podría acabar clausurándose esta comunidad terapéutica, según ha asegurado el responsable extremeño de la política sobre las drogas.

Los responsables de la drogodependencia de Cataluña se enfrentan también con un grave problema, derivado de la negativa de El Patriarca a adecuar sus estructuras y acatar las normas.El pasado mes de agosto expiró el plazo otorgado por la Generalitat a las comunidades terapéuticas para que solicitaran las acreditaciones oficiales y demostrasen estar en situación de acceder a ellas. El Patriarca, que tiene en Cataluña cinco centros, se encuentra en una situación absolutamente ilícita, pero los responsables del departamento de Sanidad han abierto un nuevo período de transición y han establecido contactos con la organización para que acepten un programa mínimo y regularicen su estatuto. Un portavoz de la administración aseguró que uno de los principales objetivos es conseguir que El Patriarca no se convierta en una institución clandestina y que en el futuro su control social sea aún más difícil. En 1984 la Generalitat clausuró ya algunas instalaciones de El Patriarca por irregularidades administrativas.

Reinsertarse en el grupo

Pacientes nómadas

El secreto de la expansión de la comunidad terapéutica de El Patriarca reside en su propia concepción; tan importante como conseguir la desintoxicación del drogadicto es lograr para él un lugar de promoción y supervivencia en el seno de la asociación. Un 10% de los ex toxicómanos tratados en El Patriarca son reinsertados" en la misma comunidad, según ha asegurado un portavoz de la institución.Las principales críticas profesionales esgrimidas contra El Patriarca han sido la estructura sectaria del grupo, la imposibilidad de controlar oficialmente la situación de los internos de las comunidades, abocados a continuos traslados, la falta de profesionales de la medicina en los centros de toxicómanos, la carencia de sistemas de evaluación sanitaria, los precarios medios técnicos y en ocasiones la falta de higiene de sus centros. Pero además se acusa a El Patriarca de negar la reinserción social de los toxicómanos, propugnando como única salida vital la de continuar inmersos en el grupo, rompiendo todo contacto con la realidad externa. Muchos psicólogos no dudan en calificar a El Patriarca como un fenómeno típicamente sectario, que ofrece "la reverencia hacia el líder como sustitutivo de la droga".

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