El pilar, en el aire

Suspicacia británica ante la creación de nuevas estructuras de defensa para Europa

ENVIADO ESPECIAL, Margaret Thatcher prefiere hablar de cooperación que de pilar europeo dentro de la OTAN. En su Administración se elude la definición de lo que sería ese pilar, definición que queda también algo etérea en el continente. "Nadie ha aportado ideas concretas", dicen funcionarios británicos. La primera ministra mira con suspicacia la creación de nuevos mecanismos o estructuras -también rechazadas por el Ministerio de Defensa-, aunque ve necesario que los europeos desempeñen un papel más importante en la Alianza.

En el Foreign Office, más europeísta, se piensa que "si Europea...

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ENVIADO ESPECIAL, Margaret Thatcher prefiere hablar de cooperación que de pilar europeo dentro de la OTAN. En su Administración se elude la definición de lo que sería ese pilar, definición que queda también algo etérea en el continente. "Nadie ha aportado ideas concretas", dicen funcionarios británicos. La primera ministra mira con suspicacia la creación de nuevos mecanismos o estructuras -también rechazadas por el Ministerio de Defensa-, aunque ve necesario que los europeos desempeñen un papel más importante en la Alianza.

En el Foreign Office, más europeísta, se piensa que "si Europea sigue avanzando en su integración económica y política, se llegará a un desequilibrio de no surgir de algún modo una dimensión europea de las cuestiones de seguridad". En su famoso discurso en Brujas, el pasado 20 de septiembre, Thatcher señaló que el problema de la defensa de Europa "no es un problema institucional". Thatcher considera que hay que desarrollar la Unión Europea Occidental (UEO, actualmente bajo presi dencia británica) "no como una alternativa a la OTAN sino como un medio de reforzar la contribución de Europa a la de fensa común del Occidente". La prioridad es reforzar la "relación transatlántica, crucial para nuestra seguridad".

En el Ministerio de Defensa son tajantes respecto al pilar europeo: "No a una nueva es tructura separada de la OTAN, ni siquiera subestructuras en la OTAN; no a nuevas estructuras fuera de la OTAN. Hay una estructura de defensa europea. Se llama la OTAN". Y se añade: "La mayoría de los otros países de la OTAN están de acuerdo en esto, pero lo expre san de otra manera". ¿Incluído el presidente francés, François Mitterrand? Y se responde. "Contemple lo que Francia hace, no lo que dice".

Si en el Foreign Office se considera que "es bueno que los europeos hablen con una sola voz a Estados Unidos -y si no lo logran, que no lo lograrán, al menos que sean pocas las voces-", en Defensa se afirma que la OTAN habla independientes" y se afirma que los grupos europeos, como la UEO, se deben utilizar para pensar o discutir nuevas ideas, pero "no para llegar a puntos de vista concertados que se adelanten e impidan las ideas de los otros". Así, el debate sobre el reparto de las cargas en la OTAN es, para Defensa, "no un debate entre Estados Unidos y Europa sino entre los aliados en general".

La UEO, para Londres, comporta ciertas ventajas, entre otras, que participa Francia, aúna a los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, y tiene un papel que cumplir para las acciones fuera de la zona de la OTAN. La UEO podría tener una pata operativa y servir para el examen de problemas de la defensa europea -como la logística o el entrenamiento- no integrados en la estructura militar de la OTAN.

Según algunas fuentes, el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, pretende usar la UEO para perfilarse como un buen europeo. Por ello sería partidario de unir en Bruselas -capital tanto de la CE como de la OTAN- las sedes de la Secretaría General y el Consejo (actualmente en Londres) y de la Asamblea Parlamentaria (en París), de la UEO.

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Tercer nivel

Respecto del Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP, cuya presidencia asumirá Londres en enero), opina que "sólo ahora empieza a vislumbrarse que puede tener un papel". En cuanto a la Comunidad Europea, dada la presencia de una Irlanda neutral y unas Grecia y Dinamarca reticentes, no ha cobrado por ahora en el terreno de la seguridad la dimensión que se hubiera podido esperar del Acta única.Queda un tercer nivel europeo: las relaciones bilaterales. Con Francia "no se crea nada nuevo", pero las relaciones han mejorado: las discusiones y los progresos en las relaciones entre París y Londres incluyen, en este campo, las cuestiones nucleares (sin hablar, sin embargo, de aunar las dos disuasiones nacionales); la posibilidad de un nuevo misil táctico aire-tierra; más actividades conjuntas para su fuerzas navales, las mayores de Europa; la aplicación de un acuerdo de hace dos décadas para el uso de las líneas de comunicaciones a través de Francia para reforzar a las fuerzas británicas en la RFA; y una mayor contribución francesa al frente central de la OTAN. París y Londres están estudiando la posibilidad de importantes maniobras conjuntas, al estilo de las Gorrión atrevido franco-alemanas.

En Londres, la publicidad de la relación franco-alemana produce celos. Si bien se piensa que la brigada franco-alemana puede ser útil si logra tener una misión definida, se considera que la relación germano-británica tiene mayor envergadura numérica, al menos en la aportación de soldados del Reino Unido en el Rin. Hay también colaboraciones menos conocidas, se recuerda en Londres, como la brigada anfibia angloholandesa para intervenir en Noruega. Además, en octubre, los ministros de Defensa de la RFA y del Reino Unido decidieron crear un Grupo Conjunto de Estudios para desarrollar la cooperación bilateral.

Thatcher insiste en un principio que viene de lejos: la relación especial con EE UU, cuyo componente esencial, se indica en el Ministerio británico de Defensa, es el nuclear. El Reino Unido necesita de EE UU para su disuasión independiente, ya que es Washington quien aportó los Polaris y facilitará ahora los Trident. En la dimensión política, Londres cree que, con la relación especial, tiene así "acceso al pensamiento norteamericano, y medios para influir sobre él". Pero esto, como empiezan a observar algunas voces en el Reino Unido, puede ser sólo una ilusión. La ilusión de la era Reagan.

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