CITA EN ARGEL

Asamblea vecinal

El aire informal da un toque de simpatía a esta reunión que, si no fuera por su objetivo, más parecería una asamblea de vecinos a gran escala. Periodistas e invitados fuman y beben en la sala, hablan entre ellos, entran y salen, sin ningún respeto aparente por quienes toman la palabra en el estrado. Los esfuerzos del anciano Abdelhamid el Sayeh, presidente del CNP, para mantener el orden encuentran dificultades, a pesar de la energía de su voz de jefe religioso acostumbrada a llamar a la plegaria del viernes.Fuera, en los pasillos, los informadores corren detrás de cualquier representante que ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El aire informal da un toque de simpatía a esta reunión que, si no fuera por su objetivo, más parecería una asamblea de vecinos a gran escala. Periodistas e invitados fuman y beben en la sala, hablan entre ellos, entran y salen, sin ningún respeto aparente por quienes toman la palabra en el estrado. Los esfuerzos del anciano Abdelhamid el Sayeh, presidente del CNP, para mantener el orden encuentran dificultades, a pesar de la energía de su voz de jefe religioso acostumbrada a llamar a la plegaria del viernes.Fuera, en los pasillos, los informadores corren detrás de cualquier representante que esté dispuesto a decir una frase. Una figura resulta especialmente atractiva: Abu el Abas, secretario general del Frente para la Liberación de Palestina, pero conocido sobre todo como cerebro del secuestro del Achille Lauro, en octubre de 1985. La muerte de un pasajero norteamericano de aquel barco italiano convirtió a este hombre corpulento y bigotudo en enemigo público número uno de EE UU.

Más información

"El asunto del Achille Lauro ha dañado a la causa palestina", admitió ayer Mohamed Abu el Abas ante los periodistas, sin renunciar por ello a sentirse "orgulloso de aquella operación". "Sólo hubo un error técnico", asegura, "y la responsabilidad de lo que sucedió incumbe a los combatientes que estaban en la nave".

En la bahía, barcos soviéticos colaboran con la marina argelina para evitar la mínima fisura en los sistemas de seguridad establecidos en torno al consejo.

De momento no se han producido grandes enfados, como el que en la anterior reunión del consejo, en abril de 1987, provocó la estampida de toda la delegación marroquí asistente al acto de apertura, debido a la intervención ante el plenario del líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz. Esta vez, el embajador del rey Hassan II contó con la ayuda de todos sus colaboradores para estar seguro de que no se encontraba presente ningún saharaui antes de tomar asiento en la zona reservada al cuerpo diplomático.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En