Las defensas renuncian a la declaración de 44 testigos

Los abogados defensores en el juicio de Santander renuciaron durante la sesión de la tarde de ayer a la declaración de 44 de los .testigos que habían sido propuestos por ellos mismos. Así, queda sólo por comparecer una docena de testigos.El tribunal accedió también a la petición de los letrados de la defensa, que desean aprovechar el fin de semana para preparar sus informes, de que el juicio oral se suspenda a partir de mañana, viernes, para reanudarse el próximo martes a las 10.30 horas.

Durante la sesión de tarde no prestó testimonio el comisario Rafael Reina Guerra, integrante de la ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los abogados defensores en el juicio de Santander renuciaron durante la sesión de la tarde de ayer a la declaración de 44 de los .testigos que habían sido propuestos por ellos mismos. Así, queda sólo por comparecer una docena de testigos.El tribunal accedió también a la petición de los letrados de la defensa, que desean aprovechar el fin de semana para preparar sus informes, de que el juicio oral se suspenda a partir de mañana, viernes, para reanudarse el próximo martes a las 10.30 horas.

Durante la sesión de tarde no prestó testimonio el comisario Rafael Reina Guerra, integrante de la brigada anticorrupción. Reina envió un telegrama a la Audiencia acompañado de un certificado médico justificando su ausencia por grave enfermedad.

Más información

Después de que el tribunal puntualizase este hecho, el letrado José Emilio Rodríguez Meiiéndez invocó la ley de Enjuiciamiento Criminal que prevé que cuando un testigo no puede desplazarse por enfermedad es el tribunal quien debe tomarle declaración.

Miguel Ángel Alonso, inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y miembro de esa brigada que redactó un informe sobre la actuación de los agentes procesados, declaró largamente por la tarde. Alonso ejerció anteriormente en Santander la jefatura del Grupo Antiatracos.

El inspector manifestó que, al menos en su presencia, Federico Venero nunca mostró armas, que el confidente estaba al exclusivo servicio del inspector Antonio Caro y que sabía que las informaciones dadas por el joyero facilitaron el éxito de ciertos trabajos. "Al cien por cien", precisó Alonso, "yo no conocía las informaciones que Venero proporcionaba a Caro". Alonso, Venero y Caro mantuvieron posteriormente un careo sobre este punto en el que los dos últimos coincidieron en señalar que el testigo estaba presente cuando el joyero entregó una pistola. El inspector replicó que él no lo recordaba.

Introducirse en una banda

"Lo creo muy posible, no sólo en la delincuencia común sino en la lucha contra el terrorismo", respondió en otro momento Alonso a Antonio Sarabia, defensor de Venero, cuando aquél le preguntó si es normal que un policía se introduzca en una red de narcotraficantes o en una banda de atracadores para posibilitar la detención de los delincuentes.

Alonso agregó que no le constaba que el joyero Venero hubiera en alguna ocasión distribuido o vendido drogas. En cuanto a las sustancias que el inspector Miguel Ángel Bercianos, uno de los cinco agentes procesados, facilitaba presuntamente a Venero, Alonso precisó que no tenía la absoluta convicción de que fuesen drogas, aunque sí ciertas sospechas.

El testigo respondió al abogado Rodríguez Meriéndez, quien deseaba conocer las atenciones que la policía tenía con el confidente: "Ninguna, sólo atenciones legales, como facilitarle el documento de identidad sin hacer cola".

Archivado En