David Owen, condenado por narcotráfico en España, ingresa en una prisión de Manhattan

El fotógrafo norteamericano Conan David Owen, acusado de narcotráfico por las autoridades españolas en marzo de 1987, llegó ayer a Nueva York procedente de Barcelona a bordo del vuelo 903 de la TWA. Veinticuatro horas antes, Owen había abandonado la cárcel Modelo, donde permaneció 19 meses y dos semanas. A su llegada a EE UU, fue conducido al Metropolitan Correction Center de Manhattan (Nueva York), donde aguardará su traslado a una prisión federal cercana al domicilio de su familia en Washington y donde se le puede conceder la libertad provisional, como él espera. El fotógrafo declaró a EL PA...

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El fotógrafo norteamericano Conan David Owen, acusado de narcotráfico por las autoridades españolas en marzo de 1987, llegó ayer a Nueva York procedente de Barcelona a bordo del vuelo 903 de la TWA. Veinticuatro horas antes, Owen había abandonado la cárcel Modelo, donde permaneció 19 meses y dos semanas. A su llegada a EE UU, fue conducido al Metropolitan Correction Center de Manhattan (Nueva York), donde aguardará su traslado a una prisión federal cercana al domicilio de su familia en Washington y donde se le puede conceder la libertad provisional, como él espera. El fotógrafo declaró a EL PAÍS, mientras sobrevolaba el Atlántico: "No soy un agente secreto ni jamás he trabajado para el Gobierno de mi país en tareas de espionaje".

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Owen consiguió el traslado a los EE UU solicitando él mismo que le fuera aplicado el convenio de Estrasburgo, según el cual un país puede expatriar a un recluso a su nación de origen si su custodia es aceptada por su Gobierno. Owen es el segundo norteamericano que se beneficia en una semana de este acuerdo penitenciario internacional,

El fotógrafo abandonó Barcelona a las 11.15 horas de ayer lunes. Cuando su avión despegó de El Prat, donde en marzo de 1987 fue detenido con dos kilos de cocaína, trató de localizar la cárcel Modelo, pero unas nubes le impidieron ver la ciudad que no ha podido visitar pese a haber pasado en ella casi dos años. "Tal vez volveré a España, pero no por ahora", declaró poco después de que los dos agentes del Bureau of Prisons del Departamento de Justicia le permitieran dialogar con este diario. "Estoy muy cansado, pero hoy, al subir al avión me he dado cuenta de que el final de esta pesadilla está empezando", añadió.

Owen explicó que en la Jefatura Superior de Policía donde pasó la noche del domingo al lunes le trataron muy bien, "a pesar de que me hicieron dormir en una colchoneta de fieltro de un centímetro de grosor". A sus 24 años, Owen asegura que la experiencia que ha obtenido con esta historia "es que uno no puede fiarse de nadie". El fotógrafo fue detenido el 13 de marzo de 1987 cuando llegó a Barcelona procedente de Santiago de Chile. La Guardia Civil encontró en una de sus maletas 1.800 gramos de cocaína. Owen, pese a declararse inocente, fue condenado a seis años y un día. La Justicia de su país, sin embargo, le considera inocente, porque un tribunal de Virginia creyó la declaración de Jorge Barahona, el hombre que confesó haber distraído a Owen en Santiago de Chile para que un cómplice de su organización colocara la droga en su maleta. "Espero que los que me engañaron sean castigados", añadió Owen, quien anunció que su familia ha presentado una querella contra Barahona.

Durante su entrevista con este diario a bordo del vuelo 90, de TWA, Owen declaró: "No soy un espía, ni tampoco un agente federal de la DEA (Drug Enforcemen Administration)" o departamento antinarcóticos de EE UU. En su opinión, "la Prensa española no entiende el sistema político americano, donde tenemos un representante en el Congreso y en el Senado con la única misión de ayudar en todo cuanto un ciudadano necesite si sufre problemas como los que yo he tenido". Esa ayuda oficial desinteresada justifica, según el fotógrafo, que personas como el ex fiscal general Edwin Meese se interesaran por su caso y que presionara al Gobierno español para conseguir su libertad.

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"Yo fui el primer sorprendido por la acción de Meese, al que nadie de mi familia conoce personalmente, aunque yo atribuyo su esfuerzo al trabajo de mis representantes oficiales y a mi propia inocencia", comenta. Sobre su relación con el Ejército estadounidense -una fotografía suya con uniforme de teniente también reforzó la tesis de que era un agente especial- Owen explicó: "Debía ingresar en las fuerzas armadas cinco meses después de ser detenido, por lo que decidí aceptar un trabajo eventual con la agencia mexicana de viajes Sorosa, donde trabajaba Barahona, que fue quien me envió a Santiago y después a Barcelona con la droga", explicó.

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