Cartas al director

Un hijo en peligro

En el departamento de neonatología del madrileño hospital de la Cruz Roja van a reducir en dos el número de enfermeras. No hace mucho habían suprimido otra. Dos auxiliares van a ser también retiradas de este servicio. Y puede que se reduzca incluso el ya menguado número de pediatras que lo atienden.Probablemente sea ésta una noticia de escaso interés para el común de los madrileños. No así para nosotros. Tenemos allí a Ángel. Un pequeño niño, nacido prematuro como consecuencia de una grave enfermedad llamada gestosis. Esta enfermedad -cuyos síntomas veníamos detectando y poniendo en conocimien...

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En el departamento de neonatología del madrileño hospital de la Cruz Roja van a reducir en dos el número de enfermeras. No hace mucho habían suprimido otra. Dos auxiliares van a ser también retiradas de este servicio. Y puede que se reduzca incluso el ya menguado número de pediatras que lo atienden.Probablemente sea ésta una noticia de escaso interés para el común de los madrileños. No así para nosotros. Tenemos allí a Ángel. Un pequeño niño, nacido prematuro como consecuencia de una grave enfermedad llamada gestosis. Esta enfermedad -cuyos síntomas veníamos detectando y poniendo en conocimiento del tocólogo del ambulatorio Hermanos Arnar sin el menor resultado- ha estado a punto de costar la vida a madre e hijo. Afortunadamente, ya en el momento crítico, una ambulancia nos llevó al hospital de la Cruz Roja, dando una oportunidad a ambos.

Allí descubrimos cómo hay médicos, enfermeras y auxiliares para los que su quehacer tiene más de vocación que de profesión. Recuperada la madre -a espera aún de mil y una pruebas-, Ángel permanece todavía allí. Hace ya 35 días. Nació con los pulmones y otros muchos órganos todavía por madurar. Sufrió una grave crisis que nos llevó a todos a temer lo peor. Pero se está recuperando.

Ángel, como el resto de sus pequeños compañeros de fatigas, ha exigido una atención continua, día y noche. Ayer, gracias a estos cuidados, nuestro hijo empezó a admitir pequeñas dosis de leche especial, vía sonda, aunque persiste su insuficiencia respiratoria. Todo un paso de gigante para nuestro enano. Para evitar la rigidez de sus diminutos miembros -pesa apenas un kilo-, cada día, en nuestra visita, le hacemos gimnasia. Tenemos mucha ilusión, y nuestro hijo, por los esfuerzos que hace, quiere -instintivamente- vivir.

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Pero parece que Ángel ha lle gado en un mal momento. La Seguridad Social está, a lo que pa rece, en plena reducción de costes. Desde hace años, evitando renovar unos equipos que fallan continuamente. Dos semanas ha estado averiado el equipo que debía realizar un eco craneal a Ángel, mientras el niño empeoraba por una hemorragia cerebral. Y es que la unidad de neonatología, menuda ironía, no está conceptuada como unidad de cuidados intensivos (UCI). No, al menos, para la Seguridad Social; porque los esfuerzos del per sonal son para nosotros evidentes. Lástima que sólo tengan dos manos. Y Madrid, sólo dos unidades, La Paz y Primero de Octubre, equiparables a ésta.- Flor Yustas y Eugenio de Quesada.

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