CITA EN CANADÁ

Felipe González y la Revolución Francesa

A. V Felipe González puede tener a partir de ahora razones fundadas para odiar la Revolución Francesa. Como consecuencia de celebrarse el 14 de julio del próximo año el bicentenario de la Revolución Francesa, el presidente del Gobierno español se ha visto privado de la que sin duda habría sido su única ocasión de estar presente en una de las cumbres anuales de las siete potencias occidentales.

Ayer, en Toronto, los siete líderes occidentales decidieron conmemorar por todo lo alto el bicentenario del asalto a la Bastilla y cambiar del mes de junio a los días 14, 15 y 16 de julio l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A. V Felipe González puede tener a partir de ahora razones fundadas para odiar la Revolución Francesa. Como consecuencia de celebrarse el 14 de julio del próximo año el bicentenario de la Revolución Francesa, el presidente del Gobierno español se ha visto privado de la que sin duda habría sido su única ocasión de estar presente en una de las cumbres anuales de las siete potencias occidentales.

Ayer, en Toronto, los siete líderes occidentales decidieron conmemorar por todo lo alto el bicentenario del asalto a la Bastilla y cambiar del mes de junio a los días 14, 15 y 16 de julio la fecha de su próximo encuentro.

Si como ha sido habitual desde que estas cumbres se celebran, hace 14 años, el encuentro se hubiera celebrado en el primer semestre del año, Felipe González, en su calidad de presidente de la Comunidad Europea, habría brindado a todos los españoles una foto histórica acompañando a los jefes de Estado o de Gobierno de los siete.

Más información

El presidente de la Comunidad Europea fue aceptado en 1977, pese a las reticencias de¡ entonces presidente francés, Valery Giscard d' Estaing, como miembro de las cumbres, aunque sin derecho a participar en las discusiones políticas. Si la presidencia de la CE coincide con uno de los siete, el presidente de la Comisión Europea le sustituye. Así, Jacques Delhors ha estado presente en Toronto.

Sólo en dos ocasiones un presidente de la CE no miembro de los siete ha asistido a las cumbres. Fue en el año 1982 cuando el primer ministro belga Wilfred Martens estuvo presente en Versalles, y en 1986, cuando el holandés Ruld Lubbers se fotografió en Tokio con sus homólogos de los siete. En España se tenía la oculta esperanza de que González, como presidente de la CE, estuviera en París el próximo año. La mano de los revolucionarios franceses se ha extendido hasta Toronto y ha cercenado las aspiraciones del presidente del Gobierno español.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En