Guerra a la droga

La política a seguir en la lucha contra la droga ha conseguido una repentina reacción del Congreso norteamericano. Alarmados ante la cada vez mayor preocupación ciudadana sobre los delitos y la corrupción derivados del narcotráfico, los congresistas quieren que incluso el Departamento de Defensa participe en la cruzada contra la droga.Pero, con la ayuda o no de los militares, la lucha para evitar la entrada de droga en el país no es nada sencilla. Estudios recientes indican que los guardacostas sólo detectan un 2,6% de vehículos que transportan droga. Cuando estos servicios se han combinado co...

La política a seguir en la lucha contra la droga ha conseguido una repentina reacción del Congreso norteamericano. Alarmados ante la cada vez mayor preocupación ciudadana sobre los delitos y la corrupción derivados del narcotráfico, los congresistas quieren que incluso el Departamento de Defensa participe en la cruzada contra la droga.Pero, con la ayuda o no de los militares, la lucha para evitar la entrada de droga en el país no es nada sencilla. Estudios recientes indican que los guardacostas sólo detectan un 2,6% de vehículos que transportan droga. Cuando estos servicios se han combinado con el refuerzo de funcionarios de inteligencia, el porcentaje sólo se ha visto incrementado hasta el 12,8%.

La decisión del Congreso norteamericano parece presumir que Estados Unidos puede cerrar sus fronteras de forma inmediata. Para ello se ordena el despliegue de fuerzas militares en un plazo de 30 días, para tratar de frenar cualquier importación ilegal en un período posterior de 45 días más. Mientras esto ocurre, se prevé un incremento inmediato de la vigilancia en la frontera del Suroeste.

El problema de la droga en Estados Unidos no será eliminado con medidas espectaculares, como el recurso a los marines. Nada bueno puede resultar si se albergan esperanzas descabelladas. Hace falta además presionar diplomáticamente a los países productores y ampliar los tratamientos de desíntoxicación.

23 de mayo