Detenido en Venezuela un sacerdote cuando viajaba a España con 21 kilos de cocaína

José Luis Gil Fernández, un sacerdote de origen español fue detenido el pasado miércoles en el aeropuerto venezolano de Maiquetia con 21 kilos de cocaína en sus maletas cuando se disponía a la Madrid. Según la policía venezolana, el sacerdote formaba parte de una organización de narcotraficantes que transportaban cocaína desde Colombia a España vía Venezuela.

Gil Fernández, de 57 años, nació en Buñuel (Navarra) y lleva más de 30 años residiendo en Venezuela, donde es párroco de la localidad de San Mateo, a 100 kilómetros de Caracas.El director de la DISIP (policía política venezolan...

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José Luis Gil Fernández, un sacerdote de origen español fue detenido el pasado miércoles en el aeropuerto venezolano de Maiquetia con 21 kilos de cocaína en sus maletas cuando se disponía a la Madrid. Según la policía venezolana, el sacerdote formaba parte de una organización de narcotraficantes que transportaban cocaína desde Colombia a España vía Venezuela.

Gil Fernández, de 57 años, nació en Buñuel (Navarra) y lleva más de 30 años residiendo en Venezuela, donde es párroco de la localidad de San Mateo, a 100 kilómetros de Caracas.El director de la DISIP (policía política venezolana), Porfirio Valera, señaló en una conferencia de prensa que en la misma operación fueron arrestados el ex sacerdote Juan Rojano Martínez, su esposa Graciela Ramos de Rojano y José Humberto Becerra Guzmán.

El director de la DISIP agregó que desde hace un año se encontraban tras la pista del sacerdote Gil Fernández, quien, según Valera, pertenecía a una banda de narcotraficantes que transportaban drogas desde Colombia hasta España a través de Venezuela.

Valera mencionó que el sacerdote transportó droga a España, al menos en dos ocasiones anteriores. En el primer viaje Gil Fernández transportó nueve kilos de cocaína, por lo cual recibió 9.000 dólares (cerca de un millón de pesetas). El segundo transporte fue de 14 kilos con una paga de 32.000 dólares, y ahora iba a recibir 50.000 dólares por los 21 kilos.

El sacerdote compareció ante la Prensa conducido por la policía y, con cara de arrepentimiento y gemidos sollozantes, dijo que estaba viviendo un calvario. "Estoy destrozado. Yo que me encontraba haciendo tanto por la gente pobre", señaló.

Entre llantos, Gil Fernández afirmó que todo lo que había cobrado por transportar la cocaína a España lo había invertido en su parroquia, y acusé a Juan Rojano Martínez de ser el responsable de introducirle en el narcotráfico.

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El sacerdote gritó que estaba arrepentido y que quería morir, a lo que añadió: "Juro que lo siento por mi parroquia, que tanto quiero, deseo volver a mi San Mateo. Díganle a mi pueblo que me perdone. Fui tentado por Satanás y se el daño que le estoy haciendo a la iglesia, merezco un castigo".

[Por otra parte, la Guardia Civil incautó ayer en un piso de la Travessera de Les Corts, de Barcelona, una emisora de radio y numeroso material electrónico utilizado por Reginaldo de Jesús Blanco y sus cómplices para llevar a cabo el desembarco de los 562 kilos de cocaína requisados por las autoridades el pasado sábado en una playa catalana].

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