Cartas al director

De victimas a verdugos

Aunque sólo sea por alusiones a la familia Azcárraga, permítame una pequeña aclaración a la nota que el profesor Enrique Knorr publicó en su periódico el pasado martes 19 de abril, bajo el epígrafe La violencia terrorista.

Estando de acuerdo con el fondo del texto, hay matices que reseñar, como, por ejemplo, la ausencia en su lista de militares vascos al servicio de España, de personalidades tales como los Oquendo, Blas de Lezo (hoy es el aniversario de su victoria naval en Cartagena de Indias sobre la escuadra inglesa) o Churruca, por no hablar de Zumalacárregui, todos los cuale...

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Aunque sólo sea por alusiones a la familia Azcárraga, permítame una pequeña aclaración a la nota que el profesor Enrique Knorr publicó en su periódico el pasado martes 19 de abril, bajo el epígrafe La violencia terrorista.

Estando de acuerdo con el fondo del texto, hay matices que reseñar, como, por ejemplo, la ausencia en su lista de militares vascos al servicio de España, de personalidades tales como los Oquendo, Blas de Lezo (hoy es el aniversario de su victoria naval en Cartagena de Indias sobre la escuadra inglesa) o Churruca, por no hablar de Zumalacárregui, todos los cuales estarían levantados en armas contra ETA. Y en esa línea iba el comentario de la hermana de mi padre al decir "el general Azcárraga estaba muy enraizado en esta tierra", esto es, que ETA ataca y sojuzga al propio pueblo que dice que quiere liberar. Yo añadía unas horas después a la Euskal Telebista que "amenazados estamos todos, y lo terrible es que se mata a lo más noble de este pueblo", que no son las personas, por muy alta estima que tenga de mi pobre padre, sino las virtudes, desgraciadamente perdidas en una parte importante de Euskal Herría, de generosidad, honradez, laboriosidad e hidalguía.

Y se han perdido no por las accioneste unos pobres pistoleros, que efectivamente también se matan a sí mismos con sus crímenes, sino por los que los alientan y sostienen, incluidos los que interesadamente han creado una historia sesgada del pueblo vasco, una de cuyas partes cada vez se aproxima más al pueblo jqdío: de víctimas, a verdugos.

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