El té de los oficiales chinos en Tíbet estaba envenenado, según Pekín

Monjes tibetanos envenenaron el té servido a los oficiales chinos en un monasterio de Lhasa la mañana del pasado sábado, día en que se produjeron los enfrentamientos nacionalistas en los que resultaron heridos más de 300 miembros de las fuerzas de seguridad chinas, según aseguró ayer el agencia oficial china."Varios monjes consiguieron introducirse en la cocina del monasterio y pusieron veneno en el té que se servía a los oficiales y a los periodistas que cubrían el festival", dijo la agencia. "Como resultado, numerosas personas sufrieron un envenenamiento y tuvieron que ser hospitalizadas...

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Monjes tibetanos envenenaron el té servido a los oficiales chinos en un monasterio de Lhasa la mañana del pasado sábado, día en que se produjeron los enfrentamientos nacionalistas en los que resultaron heridos más de 300 miembros de las fuerzas de seguridad chinas, según aseguró ayer el agencia oficial china."Varios monjes consiguieron introducirse en la cocina del monasterio y pusieron veneno en el té que se servía a los oficiales y a los periodistas que cubrían el festival", dijo la agencia. "Como resultado, numerosas personas sufrieron un envenenamiento y tuvieron que ser hospitalizadas".

A diferencia de anteriores relatos de los hechos, la agencia china explicó ayer con detalle cómo los monjes atacaron a la policía, a los políticos y a los periodistas durante el último día del festival del templo de Jokang, en Lhasa, y admitíó que más de 300 policías resultaron heridos, si bien no mencionó más que un fallecido, un policía que murió tras ser lanzado por los monjes desde lo alto de un edificio. Fuentes occidentales aseguran que se han producido hasta ocho víctimas mortales.

El Gobierno de Estados Unidos criticó ayer la represión china en Tíbet coincidiendo con la visita del ministro de Asuntos Exteriores chino, Wu Xueqian, a Washington, donde hoy será recibido por el presidente Ronald Reagan. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Charles Redman, dijo que su país está "profundamente preocupado por el estado de los derechos humanos en Tíbet y la reincidencia de la violencia". Redman pidió "moderación a todas las partes a fin de evitar más derramamientos de sangre".

El dalai lama, líder político y espiritual de los tibetanos, exiliado en la India, hizo público ayer un comunicado en Nueva Delhi en el que pide a su pueblo que contenga su violencia a pesar de las medidas represivas que puedan tomar los chinos. La solución pacífica del problema tibetano interesa tanto a los tibetanos como a los chinos". El dalai lama abandonó Tíbet en 1959, poco después de un fracasado intento de rebelión contra la dominación china.

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