CONSEJO EUROPEO EN BRUSELAS

Ánimos caldeados

I. C. La técnica de los conciliábulos utilizada por el canciller germano occidental, Helmut Kohl, que recibió sucesivamente a sus homólogos comunitarios, provocó largas y tensas esperas, que el presidente galo, François Mitterrand, aprovechó para abandonar el edificio Carlomagno, donde se desarrolló la cumbre, y pasear en la histórica Grand Place de Bruselas.

No todos tuvieron ideas similares que apaciguasen los ánimos y, mientras esperaba turno, el primer ministro galo, Jacques Chirac, tuvo un pequeño incidente con el secretario del Foreign Office, el británico Geoffrey H...

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I. C. La técnica de los conciliábulos utilizada por el canciller germano occidental, Helmut Kohl, que recibió sucesivamente a sus homólogos comunitarios, provocó largas y tensas esperas, que el presidente galo, François Mitterrand, aprovechó para abandonar el edificio Carlomagno, donde se desarrolló la cumbre, y pasear en la histórica Grand Place de Bruselas.

No todos tuvieron ideas similares que apaciguasen los ánimos y, mientras esperaba turno, el primer ministro galo, Jacques Chirac, tuvo un pequeño incidente con el secretario del Foreign Office, el británico Geoffrey Howe, cuando éste perdió su sangre fría y opinó que la postura defendida por el jefe del Gobierno francés en materia agrícola era francamente "demente".

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Chirac, que en cumbres anteriores se peleó con su homóloga británica, Margaret Thatcher, pidió a Howe que retirase sus expresiones. "No puedo tolerar", dijo, "que las tesis que expongo sean calificadas de dementes". Al final, el jefe de la diplomacia británica aceptó humildemente dar marcha atrás.

En cuanto a la dama de hierro, aprovechó la espera para entrevistarse con el primer ministro de Irlanda, Charles Haughey, quien le pidió que tomase drásticas medidas contra varios policías de Irlanda del Norte acusados de haber disparado a matar contra personas sospechosas de activismo nacionalista en las filas del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Thatcher denegó su petición porque aseguró que no podía interferir con las acciones legales en curso, pero afirmó "ser consciente de la emoción que este asunto ha suscitado en la República de Irlanda" y prometió que su ministro del Ulster, Tom King, hará pronto una declaración al respecto. Haughey replicó a su vez que la actitud británica ha mermado la confianza de la minoría católica de Irlanda del Norte en la policía, al tiempo que plantea problemas en los cruces de la frontera.

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Los demás participantes en el Consejo Europeo hicieron antesala, según algunos diplomáticos, charlando con sus homólogos de asuntos mundanos o leyendo el periódico hasta que a primera hora de la tarde se reanudó la negociación multilateral.

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