El endeudamiento de tesorería de la Generalitat en 1987 supero en más del doble lo autorizado

El endeudamiento de tesorería de la Generalitat durante 1987 superó, durante todo el ejercicio, las limitaciones legales previstas en la ley de presupuestos de la institución autonómica para 1987, según se deduce de las liquidaciones trimestrales presentadas por el Gobierno catalán. La necesidad de recurrir a créditos a corto plazo en cantidades importantes, muy superiores a las previstas, refleja las tensiones de tesorería que soporta la Generalitat como fruto de la transformación forzosa de parte de la deuda oculta (87.930 o 92.717 millones de pesetas a finales de 1985, según los cálculos se...

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El endeudamiento de tesorería de la Generalitat durante 1987 superó, durante todo el ejercicio, las limitaciones legales previstas en la ley de presupuestos de la institución autonómica para 1987, según se deduce de las liquidaciones trimestrales presentadas por el Gobierno catalán. La necesidad de recurrir a créditos a corto plazo en cantidades importantes, muy superiores a las previstas, refleja las tensiones de tesorería que soporta la Generalitat como fruto de la transformación forzosa de parte de la deuda oculta (87.930 o 92.717 millones de pesetas a finales de 1985, según los cálculos sean de la sindicatura o de la oposición socialista) en deuda de tesorería. La otra parte se financia con aplazamientos de pagos a los proveedores y mediante el retraso en el ingreso de las retenciones del IRPF, ITE y otros impuestos.

Según la última liquidación oficial, correspondiente a 30 de septiembre de 1987, la Generalitat ingresó durante los nueve primeros meses del pasado ejercicio 48.400 millones de pesetas mediante créditos de Tesorena y préstamos inferiores a un año. Durante el mismo período amortizó 28.500 millones de pesetas por el mismo concepto, lo que supone un aumento del endeudamiento de 19.900 millones. Si a esta cantidad se le suman las obligaciones pendientes por este concepto existentes a principios de año, que ascendían a 26.500 millones de pesetas, resulta que el saldo de deuda viva de tesorería a finales de septiembre ascendía a 46.400 millones de pesetas, lo que supone el 9,6% del presupuesto de gasto de la Generalitat para 1987.Ese porcentaje supone más del doble del límite legal. Éste viene determinado en la Ley de presupuestos para el pasado año, que facultaba al Consell Executiu para "acordar la emisión de deuda de Tesorería y concertar operaciones de crédito con un plazo de amortización igual o inferior a un año hasta un límite de endeudamiento vivo equivalente al 4% del estado de gastos del Presupuesto de la Generalitat para 1987, destinado a atender necesidades transitorias de tesorería".

Tensiones de tesorería

En junio de 1987 las tensiones de tesorería habían sido todavía más fuertes que en septiembre, llegando a superar un saldo vivo de 54.800 millones de pesetas, lo que representaba el 11,3% del gasto total presupuestario y casi el triple del porcentaje legalmente autorizado.

En marzo, este tipo de deuda se había situado en los 40.000 millones y representaba el 8,3% del gasto. Aunque no hay datos oficiales del cierre del ejercicio, fuentes de la Generalitat señalaron que a finales de 1987 la deuda de tesorería se había "rebajado" hasta unos 30.000 millones, cifra que en cualquier caso está por encima de lo autorizado.

La falta de recursos y la consecuente necesidad de pedir créditos a corto plazo para atender obligaciones corrientes, que fue especialmente intensa en el segundo trimestre, se ha confirmado desde otros puntos de vista.

Así, por ejemplo, fuentes del sector de la construcción confirmaron que el aplazamiento de pagos fue muy elevado en el primer trimestre y que luego se corrigió en el segundo. Ello permite concluir que parte de las deudas a los constructores se saldaron probablemente con créditos de tesorería que lucen en la liquidación presentada a 30 de junio. En cualquier caso, a finales de 1987 el sector de la construcción sufría una demora relativa de los pagos por parte de la Generalitat de nivel siniilar a la de finales de 1986.

Fuentes del sector editorial señalaron que desde el segundo trimestre de 1987 la administración autonómica había dejado de adquirir los 300 ejemplares de cada edición en catalán previsto en la normativa de apoyo genérico a la edición -elaborada con el objetivo de compensar el carácter restringido de este mercado-, por haberse agotado los recursos y por negligencias administrativas.

Gastos financieros

Por otra parte, la necesidad de recurrir a créditos en una medida muy superior a la prevista ha supuesto un crecimiento incesante de los gastos financieros. Además, estos gastos han rebasado notablemente en los últimos años las cantidades presupuestadas.

Así, en 1985 y y 1986 se presupuestaron unos gastos por intereses de 5.000 y 10.015 millones de pesetas respectivamente, pero en realidad las obligaciones reconocidas ascendieron a 10.056 y 14.825 millones de pesetas. En 1987 se presupuestaron 12.660 millones para pago de intereses, pero en los nueve primeros meses del año ya se habían gastado 15.512 millones de pesetas.

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