Cartas al director

Paralelismos de EL PAÍS

EL PAÍS guarda un paralelismo con el PSOE: generó ilusión en sus comienzos y, id igual que el partido en el poder, EL PAÍS, primero en ventas, ha derivado en la prepotencia, arrogancia y pontificación de todos sus enunciados, descalificando a los que no piensan igual. Con esto van desgarrándose, poco a poco de los que realmente hicieron posible su ascenso, los trabajadores o clase media.El que esto escribe compra diariamente su periódico (hasta ahora), y, sin entrar en el sistema que emplean para la publicación de las cartas al director, resulta discriminatorio) que se publiquen 20 cart...

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EL PAÍS guarda un paralelismo con el PSOE: generó ilusión en sus comienzos y, id igual que el partido en el poder, EL PAÍS, primero en ventas, ha derivado en la prepotencia, arrogancia y pontificación de todos sus enunciados, descalificando a los que no piensan igual. Con esto van desgarrándose, poco a poco de los que realmente hicieron posible su ascenso, los trabajadores o clase media.El que esto escribe compra diariamente su periódico (hasta ahora), y, sin entrar en el sistema que emplean para la publicación de las cartas al director, resulta discriminatorio) que se publiquen 20 cartas reiterativas y repetitivas sobre el caso Lledó, aunque éstas vayan avaladas por firmas conocidas, y omitan todas las que he enviado (cuatro); ésta creo que seguirá el mismo camino la papelera.

Aunque mal escritas, denunciaba en una de ellas los abusos de la Seguridad Social, mencionando denegación de productos farmacéuticos recetados por médicos especialistas; en otra carta contestaba a los insultos y humillaciones de los señores Savater y Umbral hacia los creyentes, en donde hacía referencia a que son libres de mantener un ateísmo visceral o racional, siempre y cuando esto no implique insultos y descalíficaciones a los que no pensamos igual (los creyentes). En otra carta reseñaba mi disconformidad hacia el editoríal que hizo EL PAÍS descalíficando a UGT, alineándose claramente con la posición del Gobierno en su negativa a las justas reivindicacíones de fáncionarios y pensionistas.

Como ven, en estas cartas salimos retratados muchos lectores de su periódico.

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Lo que pasa es que cuando uno se encumbra y se rodea de elitismo y poder no desciende a lo cotidiano, y esta dinámica a la larga puede resultar peligrosa a unos (PSOE) y a otros (EL PAÍS).- Manuel Olmo Martins.

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