El peligro de una reforma a medias

Un 60% de la industria soviética se ha incorporado a principios de este año al sistema de josraschiot, un concepto traducible aproximadamente como autogestión financiera, que implica la contabilidad económica. El sistema, contemplado en la ley sobre empresas estatales aprobada en 1987, está en teoría destinado a aumentar la capacidad de maniobra de las industrias, pero en la práctica éstas se encuentran ampliamente supeditadas al control estatal y a los planes de producción centralizados que dejan un margen muy reducido, y a veces nulo, de libertad. En este sentido se ha expr...

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Un 60% de la industria soviética se ha incorporado a principios de este año al sistema de josraschiot, un concepto traducible aproximadamente como autogestión financiera, que implica la contabilidad económica. El sistema, contemplado en la ley sobre empresas estatales aprobada en 1987, está en teoría destinado a aumentar la capacidad de maniobra de las industrias, pero en la práctica éstas se encuentran ampliamente supeditadas al control estatal y a los planes de producción centralizados que dejan un margen muy reducido, y a veces nulo, de libertad. En este sentido se ha expresado otro polémico científico, el profesor de economía Gavril Popov, para quien el sistema administrativo del pasado pretende apoderarse de la perestroika para neutralizarla como ya sucedió en varias ocasiones en el pasado. Popov critica el sistema de goszakas (en cargo del Estado de obligatorio cumplimiento por las empresas), que no dejan margen de acción para las relaciones directas entre las unidades productivas. Al igual que Siliunin, Popov advierte del peligro que entraña una reforma a medias. "Si los objetivos planificados no se alcanzan, la perestroika podrá ser culpada, ignorando el hecho de que la perestroika está sujeta de pies y manos por este plan. Si los objetivos se cumplen se reforzará la situación existente". Los porcentajes de goszakas varían según las ramas de la industria. En el campo de la extracción de materias primas, por ejemplo, están entre un 90% y un ciento por ciento, y en el campo de la construcción de maquinaria, en un 80% de la producción. Abel Agambeguian, que había pronosticado del 50 al 60% para el goszakas en 1988, se veía el pasado diciembre obligado a constatar que el goszakas mantendrá este año el monopolio sobre un 78% de la producción.

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