Cartas al director

Mi hija Luz

Mi hija Luz, una niña de 14 años cumplidos en el hospital, acaba de salir hoy del Primero de Octubre tras serle trasplantado un hígado el 18 del mes pasado. Después de cuatro días terriblemente angustiosos, en que Luz estuvo en coma, tras un traslado en helicóptero desde Granada (donde vivimos) a Madrid, prácticamente muerta, su vida vino de la mano de un chico desconocido cuyos padres donaron su hígado y de un equipo médico excepcional, completamente volcado en su trabajo, dirigido por el doctor Enrique Moreno. Mientras escribo, duerme aquí, a mi lado, y me parece algo irreal.Cuando ya la dáb...

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Mi hija Luz, una niña de 14 años cumplidos en el hospital, acaba de salir hoy del Primero de Octubre tras serle trasplantado un hígado el 18 del mes pasado. Después de cuatro días terriblemente angustiosos, en que Luz estuvo en coma, tras un traslado en helicóptero desde Granada (donde vivimos) a Madrid, prácticamente muerta, su vida vino de la mano de un chico desconocido cuyos padres donaron su hígado y de un equipo médico excepcional, completamente volcado en su trabajo, dirigido por el doctor Enrique Moreno. Mientras escribo, duerme aquí, a mi lado, y me parece algo irreal.Cuando ya la dábamos por ,perdida, nos enteramos de que había un donante. Lloramos de emoción, pero también de dolor por su muerte, aunque a Luz le daba la vida. Como decía A. Hidalgo (EL PAIS del 15 de diciembre), "parte de su ser se encuentra en la trasplantada, vivificándola y llevando a ella y sus familiares la alegría de vivir". Gracias, amigos desconocidos. Nunca os podremos pagar la vida de nuestra hija. Quizá os sirva de consuelo pensar que por vuestro hijo hoy vive Luz. Y gracias, amigos del Primero de Octubre; no os detengáis en ese maravilloso tarbajo de devolver la vida.-

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