CITA EN WASHINGTON

Satisfacción pero falta de entusiasmo en Europa ante el acuerdo INF

La firma del tratado sobre la eliminación de los misiles de alcance intermedio (INF) ha sido acogida positivamente en todos los países de la OTAN, pero no ha provocado, salvo escasas excepciones, grandes declaraciones de entusiasmo. La reacción más matizada ha sido la del Gobierno conservador francés, cuyo primer ministro, Jacques Chirac, consideró que "este acuerde, por sí mismo no viene a reforzar la seguridad de Europa, que sigue amenazada por un armamento considerable".El presidente francés, el socialista François Mitterrand, acogió el tratado con satisfacción, pero señaló que Washington y...

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La firma del tratado sobre la eliminación de los misiles de alcance intermedio (INF) ha sido acogida positivamente en todos los países de la OTAN, pero no ha provocado, salvo escasas excepciones, grandes declaraciones de entusiasmo. La reacción más matizada ha sido la del Gobierno conservador francés, cuyo primer ministro, Jacques Chirac, consideró que "este acuerde, por sí mismo no viene a reforzar la seguridad de Europa, que sigue amenazada por un armamento considerable".El presidente francés, el socialista François Mitterrand, acogió el tratado con satisfacción, pero señaló que Washington y Moscú deben proseguir su trabajo para eliminar el riesgo de una guerra en el espacio, y añadió: "Los que no quieren desarmarse se ven obligados a rearmarse".

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, consideró que "no debería haber otras reducciones en el campo de los armamentos nucleares antes de que se tienda a una mayor paridad en materia de fuerzas ¡convencionales y de que se hayan. eliminado las armas químicas".

Para el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, el acuerdo INF es sólo "un primer paso". Kohl ha sido, prácticamente el único dirigente,de Europa occidental, junto con el Gobierno español, que ha insistido en su voluntad de "buscar un equilibrio, al más bajo nivel posible", en el terreno de las armas nucleares de corto alcance (hasta 500 kilómetros), no cubiertas por el acuerdo INF, pero que fundamentalmente están pensadas para utilizar en territorio alemán.

El Gobierno de Bélgica, país donde estaban ya instalados 16 misiles de crucero, consideró que "el tratado es el resultado de ocho años de negociaciones", y ha sido posible "gracias a la solidaridad de que han hecho prueba todos los aliados", según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En Portugal, el presidente, Mario Soares, señaló que la reducción, "aunque numéricamente pequeña, es un empuje psicológico de primera magnitud en el largo camino hacia la paz mundial".

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Tono desigual en la Prensa

La Prensa europea comentó con tono desigual el acontecimiento. Para el conservador alemán Die WeIt, "no hay razón para dejarse llevar por la euforia". Mientras el liberal británico The Guardian comentaba también: "Sería imprudente mostrarse demasiado eufórico". The Times, de Londres, consideró que el tratado INF elimina un problema que ha envenenado durante una década las relaciones Este-Oeste, pero plantea interrogantes sobre la. futura defensa de Europa.El órgano oficial del Partido Comunista de Hungría, Nepszabadsag, comentó que Reagan y Gorbachov habían entrado en las páginas de la historia. Pero, en general, la Prensa de Europa del Este atribuyó la mayor parte del éxito del acuerdo a Gorbachov y al new look del Kremlin.

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