Francia y el Gobierno vasco rechazaron en 1984 una campaña sobre Euskadi y los refugiados

ENVIADO ESPECIALEl Gobierno socialista francés y el Ejecutivo nacionalista vasco rechazaron en 1984 un proyecto del Ministerio del Interior español que consistía en desarrollar una campaña informativa y de imagen sobre la situación política en Euskadi y facilitar la posibilidad de que los residentes vascos en el sur de Francia sin antecedentes regresaran a nuestro país, según han confirmado fuentes políticas en París.

El proyecto fue presentado por los responsables del Ministerio del Interior español a sus homólogos franceses y a los responsables del Ejecutivo vasco. Ambos rechazaron la...

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ENVIADO ESPECIALEl Gobierno socialista francés y el Ejecutivo nacionalista vasco rechazaron en 1984 un proyecto del Ministerio del Interior español que consistía en desarrollar una campaña informativa y de imagen sobre la situación política en Euskadi y facilitar la posibilidad de que los residentes vascos en el sur de Francia sin antecedentes regresaran a nuestro país, según han confirmado fuentes políticas en París.

El proyecto fue presentado por los responsables del Ministerio del Interior español a sus homólogos franceses y a los responsables del Ejecutivo vasco. Ambos rechazaron la propuesta de José Barrionuevo y Rafael Vera, quienes todavía en aquellas fechas trataban de romper las resistencias francesas, tanto en el ámbito político como en la opinión pública, sobre la consolidación del sistema democrático en España y que ETA no era un movimiento de liberación, sino un grupo terrorista que había cometido alrededor de 400 asesinatos desde la muerte de Franco.

Fuentes consultadas en París reconocen que los responsables del departamento español tuvieron que vencer dichas resistencias a base de aportar amplios informes sobre la situación política en España, la actividad de ETA durante la etapa democrática y contactos extraoficiales con círculos políticos, judiciales, periodísticos y representantes de asociaciones defensoras de los derechos humanos, quienes se sorprendían por las informaciones sobre la normalización española presentadas por estas autoridades.

El proyecto pretendía divulgar en medios de comunicación franceses y vascos la "consolidada situación democrática en España, y especialmente en el País Vasco, región autonómica donde existe un Parlamento elegido democráticamente a través del que se pueden defender pacíficamente todas las ideas políticas", según las fuentes consultadas.

Además de esta campaña informativa, los responsables del Ministerio del Interior se comprometieron a facilitar el regreso a España de numerosos residentes vascos en el sur de Francia que no estaban reclamados en nuestro país. Para ello, el Gobierno tenía previsto facilitar y divulgar las listas de los ciudadanos vascos que podían cruzar la frontera y volver a España sin ninguna reclamación judicial ni policial.

La reunión entre Felipe González y Jacques Chirac en La Haya y la "constante presión y labor pedagógica de los responsables de Interior hizo cambiar decisivamente la actitud francesa en el verano de 1986, cuando el Ejecutivo galo rescató una antigua ley administrativa que permitía entregar al país fronterizo a los ciudadanos considerados peligrosos para su seguridad".

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Fuentes francesas precisan también que el denominado septiembre negro (1986), cuando se produjo una ola de atentados de grupos árabes en París, provocó la reacción francesa contra el terrorísmo, fenómeno que hasta ese momento aparecía muy lejano en las conciencias políticas y públicas al no experimentarlo en su propio territorio.

Por otra parte, el mayor cargamento de armas intervenido en Europa (el pasado 30 de octubre en la isla de Batz), procedente de Libia, iba destinado fundamentalmente al IRA y a otros grupos terroristas, como ETA -en primer lugar-, la Fracción del Ejército Rojo (alemana occidental) y Acción Directa (francesa), según ha trascendido en París.

El cargamento, intervenido a bordo del buque Eksund II, constaba de 20 SAM-7 (misiles tierra-aire de fabricación soviética), 5.000 fusiles de asalto Kalashnikov, 40 lanzagranadas RPG, 1.000 proyectiles de obús y algunos proyectiles anticarro.

La policía francesa ya intervino en la operación de la cooperativa Sokoa contra ETA dos misiles SAM-7 y la organización terrorista ha utilizado en varias ocasiones el citado tipo de lanzagranadas.

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