LA NUEVA DISTENSIÓN

El Departamento de Estado excluyó al Pentágono de las negociaciones

Cuando soviéticos y norteamericanos comenzaron sus reuniones el pasado martes en Washington para intentar llegar a un acuerdo sobre la supresión de los misiles de alcance intermedio, algunos funcionarios claves de la Administración de Reagan estaban, sospechosamente, ausentes. El secretario de Estado, George Shultz, trajo consigo un grupo de 11 personas, incluidas algunas de la Casa Blanca, pero entre ellas no figuraba ningún funcionario del Pentágono.

El Departamento de Estado, punta de lanza del empuje de la Administración para firmar un acuerdo de desarme nuclear con la URSS, ha ...

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Cuando soviéticos y norteamericanos comenzaron sus reuniones el pasado martes en Washington para intentar llegar a un acuerdo sobre la supresión de los misiles de alcance intermedio, algunos funcionarios claves de la Administración de Reagan estaban, sospechosamente, ausentes. El secretario de Estado, George Shultz, trajo consigo un grupo de 11 personas, incluidas algunas de la Casa Blanca, pero entre ellas no figuraba ningún funcionario del Pentágono.

El Departamento de Estado, punta de lanza del empuje de la Administración para firmar un acuerdo de desarme nuclear con la URSS, ha cortocircuitado al Departamento de Defensa no dejándole participar en las conversaciones.

Las quejas del Departamento de Defensa no se han hecho esperar. "Hay prisa por conseguir un acuerdo a cualquier coste", señaló un funcionario del Departamento de Defensa que pidió no ser identificado.

La exclusión del Pentágono ha llevado a una discusión en el seno de la Administración que refleja las diferencias existentes entre estos dos departamentos sobre el control de armamentos y la insistencia de Shultz de que el Departamento de Estado debe ser el protagonista de la política exterior.

Algunos representantes del Pentágono participaron en los grupos de trabajo, pero no en la sesiones a mayor nivel. "Shultz es muy posesivo", declaron los medios consultados. Si los funcionarios del Pentágono no participaron en las principales reuniones no fue porque no lo intentaran. Fred Ikle, subsecretario de Defensa, había pedido que el Pentágono estuviera presente en las reuniones.

En los años anteriores se han dado precedentes. Richard Perle, cuando era secretario adjunto de Defensa y conocido por su línea dura, tuvo un destacado papel en las sesiones de negociación a alto nivel con los soviéticos.

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En esta ocasión, Edward Rowny, asesor del presidente Reagan y que ha adoptado una posición de dureza ante las negociaciones sobre armamentos, tampoco ha estado presente en las reuniones.

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