Shevardnadze entrega hoy a Reagan un mensaje personal de Gorbachov

Estados Unidos y la Unión Soviética inician hoy en Washington 72 horas de negociaciones que pueden modificar sustancialmente las relaciones entre las dos superpotencias. Si toda va bien, como se espera, el diálogo entre el secretario de Estado, George Shultz, y su colega soviético, Edvard Shevardnadze, desbloqueará políticamente los últimos obstáculos para que los dos líderes firmen aquí, antes de final de año, un tratado que eliminará los misiles nucleares de alcance intermedio (INF), largo y corto, desplegados por ambos países en territorio europeo. La esperada última fase hacia lo que se co...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Estados Unidos y la Unión Soviética inician hoy en Washington 72 horas de negociaciones que pueden modificar sustancialmente las relaciones entre las dos superpotencias. Si toda va bien, como se espera, el diálogo entre el secretario de Estado, George Shultz, y su colega soviético, Edvard Shevardnadze, desbloqueará políticamente los últimos obstáculos para que los dos líderes firmen aquí, antes de final de año, un tratado que eliminará los misiles nucleares de alcance intermedio (INF), largo y corto, desplegados por ambos países en territorio europeo. La esperada última fase hacia lo que se considera un acuerdo histórico se pondrá en marcha esta mañana, cuando Shevardnadze entregue en la Casa Blanca, al presidente, una misiva personal de Gorbachov.

Algunos creen que el líder del Kremlin anunciará al dirigente más anticomunista de la historia contemporánea norteamericana su intención de volar a Washington, posiblemente en noviembre, para mantener su tercera cumbre con Reagan.Aunque nadie se atreve a hablar oficialmente de distensión en las relaciones entre EE UU y la URSS, éstas han entrado en una nueva fase de realismo posibilitado por las necesidades de política interna del presidente norteamericano y del dirigente soviético. Un ejemplo de esta nueva atmósfera, impensable sólo hace un año, es el acuerdo que: Shevardnadze firmará hoy con Shultz, en presencia de Reagan, en la Casa Blanca, para establecer en Moscú y en Washington centros de reducción del peligro de guerra nuclear, por el que los dos países se comprometerán a intercambiar constantemente infúrmación sobre sus pruebas atómicas.

Shevardnadze manifestó el domingo, a su llegada a Washinglion, un prudente optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo. "Venimos a remangamos las mangas y a trabajar", y una nueva reunión entre los dos líderes "dependerá de los resultados de nuestras discusiones aquí".

Nuevo borrador de tratado

Estados Unidos presentó ayer en la mesa de negociaciones de Ginebra un nuevo proyecto de tratado sobre los euromisiles, que incluye, según dijo ayer Reagan, los métodos de verificación "más estrictos" de la historia del control de armamento.El nuevo borrador, que propone la eliminación de los misiles de corto alcance (de 500 a 1.000 kilómetros) y sus plataformas en un año y la de los de largo alcance (de 1.000 a 5.000 kilómetros) en tres, incluye también una prohibición sobre modernización, producción y pruebas de ambos tipos de misiles.

El ministro soviético se refirió a la subsistencia de algunos problemas en el punto de la verificación del futuro tratado, los procedimientos de destrucción de misiles y cabezas atómicas y otras cuestiones. La más importante es la insistencia de Moscú en que el futuro tratado garantice también la destrucción de los Pershing 1A de la República Federal de Alemania.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pero la impresión es que existe la voluntad política por ambos países para superar las últimas diferencias técnicas. Ronald Reagan, que ha hecho una carrera política contra la doctrina de la distensión y oponiéndose a cualquier acuerdo de control de armamentos con la URSS, a quien calificaba no hace mucho de "imperio diabólico", ya ha adoptado la decisión de firmar un tratado con Gorbachov.

Impulsado por su esposa, Nancy, y por sus asesores más pragmáticos, el presidente considera que el eliminar, por primera vez, una categoría completa de armas atómicas, aunque no sean las más importantes, puede salvar históricamente su presidencia con un triunfo en el campo de la política exterior que hasta ahora no ha obtenido. Es el respiro que necesita para enterrar definitivamente el escándalo Irangate y capear dignamente sus últimos 1,6 meses en la Casa Blanca.

Presiones conservadoras

El presidente ha resistido las presiones de los sectores más ultras, que se sienten traicionados y hablan de que Reagan se ha "vendido a los rusos" por un pedazo de papel. Ayer, en un nuevo intento de garantizar a su ultraderecha, el jefe del gabinete presidencial, Howard Baker, dijo que a pesar de que el presidente quiere un tratado con la URSS no firmará nada que no cumpla los requisitos de seguridad de EE UU.La pasada semana, Reagan rechazó las propuestas del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, para que el futuro tratado excluyera a los misiles de alcance intermedio lanzados desde tierra pero no dotados de cabezas nucleares. Al parecer, el Pentágono está preparando un cohete de crucero, de alto poder explosivo, de gran precisión y largo alcance, que -podría compensar la eliminación de los euromisiles en los años noventa. Reagan también rechazó los consejos de su ministro de Defensa, partidario de no destruir ningún euromisil hasta que la URSS elimine todos sus INF. Washington estaría ahora dispuesto a empezar a la vez el desmantelamiento.

Archivado En