Tribuna:

No olvidar nunca las fuentes

A finales del siglo pasado unos jóvenes gallegos, los hermanos García Naveira, emigraron a Argentina. Con la fortuna que hizo Juan, el mayor, construyó en Betanzos el llamado "parque enciclopédico El Pasatiempo ( ... ). Monumento kitsch de la ilustración indiana". Sobre este parque EL PAÍS publicó en la sección La Cultura, el 9 de julio pasado, un artículo del corresponsal en La Coruña, Xosé Manuel Pereiro. En el citado reportaje, ampliamente documentado, se omitían las fuentes del redactor. Las quejas de un grupo de investigadores no se hicieron esperar y María Luz Pato, J. Cabano y J....

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A finales del siglo pasado unos jóvenes gallegos, los hermanos García Naveira, emigraron a Argentina. Con la fortuna que hizo Juan, el mayor, construyó en Betanzos el llamado "parque enciclopédico El Pasatiempo ( ... ). Monumento kitsch de la ilustración indiana". Sobre este parque EL PAÍS publicó en la sección La Cultura, el 9 de julio pasado, un artículo del corresponsal en La Coruña, Xosé Manuel Pereiro. En el citado reportaje, ampliamente documentado, se omitían las fuentes del redactor. Las quejas de un grupo de investigadores no se hicieron esperar y María Luz Pato, J. Cabano y J. Sousa, autores de un estudio titulado 'El pasatiempo: un país de Oriente, publicado por la revista Anuario Brigantino de Betanzos, reclaman la paternidad que les corresponde, y mandan al defensor de los lectores un informe para que pueda comprobar "la proximidad" de los párrafos de su relato, "fruto de un año de trabajo en archivos y bibliotecas", y la coincidencia con los del corresponsal de EL PAÍS.Xosé Manuel Pereiro nos envía una amplia explicación (de siete folios) y comenta cómo realizó la información: "Efectivamente, el trabajo de los reclamantes fue una de las fuentes que utilicé para elaborar el reportaje. Recurrí a varias fuentes, la mayoría escritas, para complementar mis conocimientos previos y los datos de ambiente recogidos ( ... ). Mi ingratitud documental -que ahora, desde luego, lamento- no fue fruto del intento de ocultar un texto fusilado, sino de la multiplicidad de paternidades". Pereiro reconoce que además utilizó los datos de la Gran Enciclopedia Gallega y el reportaje Ta utopía del indiano', publicado en la revista cultural La Naval, así como numerosas conversaciones con personajes de Betanzos; por ello le pareció más oportuno no citar a nadie porque "constituía una bibliografía demasiado ampulosa para un reportaje que no pretendía ir más allá de una moderada divulgación".

Frente a las reflexiones de este corresponsal, un recordatorio inflexible para el trabajo en EL PAÍS es el de mirar a diario el Libro de estilo, que, para este caso concreto, indica: "Atribución de fuentes. 1.22. Siempre ha de mencionarse la fuente o procedencia de una información".

El MI-5

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Desde Londres, E. Bach se refiere a la crónica del corresponsal en el Reino Unido Carlos Mendo relativa a las querellas del Gobierno de Margaret Thatcher contra la publicación en Australia de las memorias del ex funcionario del Servicio de Seguridad británico Peter Wright. El lector nos advierte: "En dicha información [ver EL PAÍS del 14 de julio de 19871, al referirse al Servicio de Seguridad británico se refiera a las siglas MI como Military Intelligence, cuando todo el mundo sabe que el Servicio de Seguridad depende del Ministerio del Interior (Home Office), y más concretamente de uno de sus subsecretarios permanentes, es decir, no políticos. En favor del señor Mendo se puede alegar que el Servicio de Seguridad (MI-5) dependió hasta mediados de los años cincuenta del Ministerio de Defensa".

Carlos Mendo, cuya corresponsalía abandonó en el pasado mes de agosto, nos indica que en su crónica sólo citaba al MI-5 y en la sección de Internacional, en Madrid, añadieron a su texto: "(Military Intelligence 5, el servicio de contraespionaje)". Efectivamente, así lo reconoce la jefa de la sección de Internacional, María Dolores Ruiz de Elvira, quien, por otra parte, lo que hizo fue aplicar el Libro de estilo, y ante la información del corresponsal, que mencionaba únicamente las siglas el editor, mantuvo la regla del Libro de estilo: "Por muy conocida que sea una sigla, nunca se empleará sin que la primera vez vaya precedida de su enunciado completo". Ruiz de Elvira, profunda conocedora de estas cuestiones, señala: "El MI-5, siglas con las que popuilarmente se conoce al servicio (le contraespionaje británico, responde, tal como se publicó,a las siglas Military Intelligence: - Section 5 o, más coloquialmente, Military Intelligence-5, si bien proceden de su fundación original (en los años cuarenta,). Es cierto que puede llamar a engaño publicar el significado de las siglas, dado que actualmente depende del Ministerio del Interior, pero creo que es correcto satisfacer la curiosidad de los lectores que puedan preguntarse de dónde procede el término MI-5".

El Servicio de Documentación de EL PAÍS nos suministra, traducido de la Encyclopedia Britannica, la procedencia del término MI-5: "Anteriormente, Servicio de Seguridad, agencia (le inteligencia encargada de la seguridad interior y de las activídades de contraespionaje en el Reino Unido. Tiene autoridad para investigar cualquier persona o movimiento que pueda reresentar una amenaza para la seguridad del país".

"El primer antecedente del MI-5 fue un servicio secreto creado por sir Francis Walsingham, secretario de Estado con Isabel en el siglo XVI. La necesidad de un control centralizado de las actividades de la inteligencia fue expresada por primera vez a comienzos del siglo XX. El MI-5 quedó constituido en 1909 con el objetivo de identificar y neutralizar a los espías alemanes que actuaban en Gran Bretaña, tarea que realizó con enorme eficacia. Al frente del servicio estaba Verrion Kell, entonces capitán de la, Royal Navy Kell se retiró como general de división en 1924, siendo más tarde honrado con el título de caballero, pero permaneció a cargo de la agencia hasta el año 1940. (Las siglas MI-5 quedaron fijadas en este período, ya que se trataba de la sección quinta de la inteligencia tnilitar (military intelligencef.

Palmas, Las

Desde Las Palmas de Gran Canaria el lector Arturo Delgado llama la atención porque en la sección El Tiempo a diario se publican las máximas y las míminas de Las Palmas alistadas en la P "y bajo el absurdo modo PALMAS, LAS. Ello es, sencillamente, erróneo, por que en ese nombre no puede separarse el artículo, ya que la ciudad nunca se denomina PALMAS, sino LAS PALMAS, y no de otra forma". El ombudsman ha alterado las vacaciones del subdirector de Formación e- Investigación, Julio Alonso, para presentarle esta reclamación. Alonso, en principio, parece de acuerdo con la protesta y ha prometido resolver el terna una vez se reincorpore al trabajo.

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