Terra Lliure asume la colocación de dos artefactos en Barcelona

La organización terrorista Terra Lliure ha asumido en una llamada a una emisora de radio la colocación de dos artefactos explosivos que estallaron la pasada madrugada en la plaza del Rey de Sant Cugat del Vallés (Barcelona) y en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de San José de la Montaña, de la capital catalana, hoy en desuso.El explosivo de ambos artefactos, unos dos kilos de cloratita y pólvora prensada, estaba colocado en el interior de dos cantimploras metálicas, según informaron fuentes policiales. El primer artefacto, que estalló sobre las 02.00 horas de la madrugada en Sant Cugat, ...

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La organización terrorista Terra Lliure ha asumido en una llamada a una emisora de radio la colocación de dos artefactos explosivos que estallaron la pasada madrugada en la plaza del Rey de Sant Cugat del Vallés (Barcelona) y en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de San José de la Montaña, de la capital catalana, hoy en desuso.El explosivo de ambos artefactos, unos dos kilos de cloratita y pólvora prensada, estaba colocado en el interior de dos cantimploras metálicas, según informaron fuentes policiales. El primer artefacto, que estalló sobre las 02.00 horas de la madrugada en Sant Cugat, estaba colocado en unas escaleras situadas junto a un busto del Rey.

El segundo artefacto hizo explosión a las 02.55 horas en el número 35 de la calle del Santuario de San José de la Montaña, donde se encuentra situado un antiguo cuartel de la Guardia Civil. La bomba estaba colocada en la puerta principal del inmueble. Esta segunda explosión dañó la estructura del edificio y rompió varios cristales de los inmuebles vecinos, pero no causó heridos. El único inquilino del antiguo cuartel, un cabo primero de la Guardia Civil, se encontraba disfrutando de un permiso y ausente del edificio cuando estalló el artefacto.

Seis kilos de amonal

Por otra parte, la policía estima que ETA pretendió, en la noche del domingo, atentar contra las instalaciones que Campsa posee a la entrada de Santander, a escasa distancia de un concesionario automovilístico de Ford, donde estalló un artefacto en la mañana del mismo día, informa Jesús Delgado.

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Un automóvil Mini Morris abandonado desde hace varios meses junto a los depósitos de Campsa y que iba a ser retirado por la policía municipal, fue aprovechado por los terroristas, quienes introdujeron en el vehículo una lata que contenía unos seis kilos de amonal, según la policía.

Fuentes policiales estiman que las mismas personas que colocaron los cuatro artefactos que estallaron en la capital cántabra en la mañana del domingo, realizaron una llamada telefónica, a las 21.00 horas, a los bomberos y a la Telefónica advirtiendo de la situación del explosivo en el coche abandonado.

Dichas fuentes agregaron que el explosivo no estalló a la hora prevista probablemente por algún fallo en su dispositivo de relojería.

Durante casi una hora y media, la policía acordonó una amplia zona urbana en tomo a los depósitos. Los agentes emplearon un robot para provocar el estallido de la carga. La onda expansiva no produjo daños apreciables en los inmuebles próximos y tampoco alcanzó los depósitos 7 y 8 de Campsa, los más inmediatos al lugar, que se encontraban vacíos y desgasificados.

Grandes trozos de chapa del coche empleado por los terroristas para colocar la bomba saltaron por los aires y cayeron sobre las calles desiertas. Poco después de las 23.30 horas la circulación volvía a autorizarse en la zona.

El presidente del Gobierno cántabro, Juan Hormaechea, insistió ayer en declaraciones a la Prensa en la necesidad de que los depósitos de Campsa sean trasladados fuera de Santander, dada su actual proximidad a un elevado núcleo de personas residentes en las inmediaciones.

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