Un hombre, herido por perdigones al asomarse desde su vivienda, situada en un quinto piso

David Marina Pedrosa, de 60 años, resultó herido en su vivienda, situada en un quinto piso de la calle del Jazmín, 37 (distrito de Chamartín), al ser alcanzado en la cara por seis perdigones procedentes de unas chabolas vecinas al edificio.

Marina recibió los impactos cuando se disponía a asomarse a la ventana de su dormitorio, hacia las cuatro de la madrugada de ayer, para indagar qué ocurría en las chabolas, donde, al parecer, se estaba desarrollando desde la medianoche una reyerta de tipo familiar.

El herido, que en ningún momento perdió el conocimiento y sangraba abundant...

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David Marina Pedrosa, de 60 años, resultó herido en su vivienda, situada en un quinto piso de la calle del Jazmín, 37 (distrito de Chamartín), al ser alcanzado en la cara por seis perdigones procedentes de unas chabolas vecinas al edificio.

Marina recibió los impactos cuando se disponía a asomarse a la ventana de su dormitorio, hacia las cuatro de la madrugada de ayer, para indagar qué ocurría en las chabolas, donde, al parecer, se estaba desarrollando desde la medianoche una reyerta de tipo familiar.

El herido, que en ningún momento perdió el conocimiento y sangraba abundantemente, fue conducido en un coche de la policía a La Paz. En la tarde de ayer aún tenía los perdigones alojados en la cabeza, según informó su esposa, Micaela, tras hacerle una visita. En la ciudad sanitaria La Paz rehusaron informar sobre el estado del herido.

La mujer contó que hacia la medianoche comenzó una discusión en el conjunto familiar de seis chabolas que, con otras 100 aproximadamente, conforman una barriada tugurial situada junto a unos edificios de protección oficial construidos hace tres años. Dijo que se escuchaban gritos "de tus muertos y mis muertos". A las cuatro de la mañana, incapaz de conciliar el sueño, David Marina se encaminó a la ventana del dormitorio. Antes de llegar, fue alcanzado por los proyectiles.

Los vecinos del edificio se quejaron ayer de que algunos habitantes de las chabolas están armados y se dedican a la venta de drogas, "pero la policía, que, los conoce hasta por sus nombres, no hace nada".

Al cierre de esta edición, la policía seguía investigando el suceso. David Marina es padre de nueve hijos, siete de los cuales viven con él.

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