Tribuna:

Una política espacial coherente

El alto nivel de efectividad alcanzado por el programa espacial soviético, puesto de manifiesto una vez más en el reciente lanzamiento de la nave Soiuz TM-3 desde la base de Baikonur, refleja el éxito de una política espacial bien concebida, sin concesiones a una prematura utilización del espacio.El programa soviético ha estado dirigido fundamentalmente al conocimiento y exploración del espacio más próximo. Basado en objetivos de carácter puramente científico, sirve de soporte a otro tipo de actividades de indudable importancia, pero de características muy dispares. De esta forma, la de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El alto nivel de efectividad alcanzado por el programa espacial soviético, puesto de manifiesto una vez más en el reciente lanzamiento de la nave Soiuz TM-3 desde la base de Baikonur, refleja el éxito de una política espacial bien concebida, sin concesiones a una prematura utilización del espacio.El programa soviético ha estado dirigido fundamentalmente al conocimiento y exploración del espacio más próximo. Basado en objetivos de carácter puramente científico, sirve de soporte a otro tipo de actividades de indudable importancia, pero de características muy dispares. De esta forma, la definición de unas prioridades científicas .apropiadas ha constituido la médula espinal de un esqueleto conformado por diferentes objetivos que han podido articularse así convenientemente.

Más información

La estación espacial Mir es uno de los mejores resultados de esta política. Después de las, Saliut, incómodas pero muy útiles, la estación Mir es un laboratorio espacial de enormes posibilidades y desde el que resulta posible realizar una gran cantidad de experimentos. Concebida para estar tripulada permanentemente, puede servir también de estación de abastecimiento y apoyo a otras naves con propósitos diferentes e incluso de diferente nacionalidad. En estas condiciones, la estación Mir está llevando a cabo importantes experimentos en distintos campos científicos, cuyos resultados no tardarán en sorprendemos.

Desde otro punto de vista, el éxito del programa soviético ofrece también nuevas pósibilidades a otros países. La investigación del espacio apa . rece como un objetivo prácticamente alcanzable, pero necesitado de enormes recursos económicos. Por ello, es cada vez más evidente la necesidad de una colaboración internacional para abordar los ambiciosos programas que actualmente se preparan con vistas al próximo futuro. Ya se está realizando una serie de actividades conjuntas entre diversos países europeos y la Unión Soviética, de los que ambas partes obtienen mutuos beneficios. Sin duda, el futuro de la investigación espacial. pasa por la plena cooperación internacional. De no ser así, difícilmente existirá ese futuro.

José María Quintana es director del Instituto de Astrofísica de Granada

Archivado En