Primeros comicios para elegir los 24 escaños lusos en la Asamblea Europea
La elección ayer, por primera vez por sufragio directo, de los 24 representantes de Portugal en el Parlamento Europeo ha puesto de manifiesto el desafío que ese proceso supone para uno de los países más pobres de los doce, y también las peculiaridades que esta participación tiene en el mapa político portugués.Hasta los comicios (de ayer, que se realizaron con una circunscripción única nacional, la representación portuguesa, designada por el Parlamento a raíz del ingreso en la CE, estaba dividida en nueve eurodiputados socialdemócratas (PSD), integrados, pese al nombre de su formación po...
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La elección ayer, por primera vez por sufragio directo, de los 24 representantes de Portugal en el Parlamento Europeo ha puesto de manifiesto el desafío que ese proceso supone para uno de los países más pobres de los doce, y también las peculiaridades que esta participación tiene en el mapa político portugués.Hasta los comicios (de ayer, que se realizaron con una circunscripción única nacional, la representación portuguesa, designada por el Parlamento a raíz del ingreso en la CE, estaba dividida en nueve eurodiputados socialdemócratas (PSD), integrados, pese al nombre de su formación política, en el Grupo Liberal, Democrático y Reformista del Parlamento de Estrasburgo; en el Grupo Socialista, los seis representantes el PS portugués; los cuatro del Partido Reformista Democrático (PRD), en el Grupo Renovador; los tres comunistas, en el de sus homólogos europeos, y los dos democristianos del Centro Democrático Social (CDS), en el grupo del Partido Popular Europeo.
El ex vicepresidente del Parlamento de Estrasburgo y cabeza de lista del CDS5, Francisco Lucas Pires, y el miembro del PRD José Medeiros Ferreira son veteranos eurodiputados, frente a los cabeza de lista de los socialistas, Maria Lourdes Pintasilgo; de los socialdemócratas, Pedro de Santana Silva, y de la coalición integrada por los comunistas, Angelo Veloso.
Los socialdemócratas son partidarios de la unión europea, y abogan por una reconversión y liberalización económicas para que Portugal se integre en el mercado único en 1992. Los socialistas plantean la realización de las transformaciones estructurales necesarias en Portugal durante los primeros años de la adhesión, y piden, como el PRD, que se de más información a los agentes sociales y al Parlamento portugués sobre la integración europea. Los democristianos abogan per una competencia en pie de igualdad entre los doce.