Japón promete impedir la exportación de material bélico especial a la URSS

La venta de maquinaria japonesa de la firma Toshiba, capaz de contribuir a la fabricación de submarinos soviéticos con nuevos materiales para evitar ser detectados, ha originado un escándalo político, económico y diplomático de considerables dimensiones entre Japón y Estados Unidos. EE UU denuncia que ha habido una clara violación del Comité para la Coordinación de la Exportación a Países Comunistas (Cocom) y pide miles de millones de dólares de compensación. En respuesta, Tokio ha prometido la puesta en marcha de medidas que impidan esas exportaciones.

EE UU amenaza con prohibir que cu...

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La venta de maquinaria japonesa de la firma Toshiba, capaz de contribuir a la fabricación de submarinos soviéticos con nuevos materiales para evitar ser detectados, ha originado un escándalo político, económico y diplomático de considerables dimensiones entre Japón y Estados Unidos. EE UU denuncia que ha habido una clara violación del Comité para la Coordinación de la Exportación a Países Comunistas (Cocom) y pide miles de millones de dólares de compensación. En respuesta, Tokio ha prometido la puesta en marcha de medidas que impidan esas exportaciones.

EE UU amenaza con prohibir que cualquier producto Toshiba entre en su mercado durante los próximos cinco años. Entre tanto, en Tokio hay divergencias en el Gabinete de Yasuhiro Nakasone. Asimismo, la firma implicada, Toshiba Machine Co., ha despedido a empleados relacionados con el caso.Todo comenzó hace varias semanas con el anuncio de que la firma japonesa Toshiba Machine Co., filial de la multinacional Toshiba Corporation, había vendido a la URSS, desde 1980, una serie de sofisticadas máquinas herramientas capaces de fabricar planchas que convierten en indetectables a los submarinos. Las máquinas, denominadas técnicamente de control numérico, fueron exportadas a la URSS por vía indirecta a través de la, firma noruega Kongsberg Vaapenfabrik.

Al descubrirse el hecho, las autoridades estadounidenses alegaron que Toshiba había violado el compromiso que existe entre los países aliados para impedir las ventas a países comunistas de materiales de alta tecnología capaces de ser utilizados en producción de armamento. Toshiba reconoció los hechos, pidió excusas y despidió a varios empleados directamente relacioriados con el asunto.

Pero el escándalo de Toshiba está adquiriendo proporciones considerables -en un clima de tensión entre Japón y EE UU, debido a las diferencias sobre el superávit comercial y apertura de mercados en Japón-, al tiempo que provoca un debate en el Gobierno de Nakasone.

Mientras que el ministro de Asuntos Exteriores, Tadashi Kuranari, admitió la existencia de un vínculo directo entre las ventas de Toshiba y la fabricación de nuevos submarinos indetectables en la URSS, otros miembros del Gabinete de Nakasone mantienen posturas más polémicas, en las que dejan entender que los hechos no son tan claros. En cualquier caso, el primer ministro Nakasone promete la adopción de nuevas medidas de control gubernamental para evitar la repetición de casos similares.

Sin embargo, el affaire Toshiba es sólo la punta del iceberg, según expertos en asuntos de exportación japonesa a la URS S. Según la revista japonesa Bungei Shunju, existe todo un decálogo de medidas que permiten sacar productos sensibles y venderlos a cualquier país del mundo.

A fin de intentar calmar las críticas de EE UU y sobre todo prometer nuevas reglas restrictivas, el Gobierno japonés envió a Washington a Hajime Tamura, ministro del Ministerio para la Industria y el Comercio Internacional.

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