Diferencias de estrategia con ETA
Iparretarrak es un pequeño grupo terrorista que viene actuando en el País Vasco francés desde el año 1973.
En sus 15 años de vida, la organización ha realizado unas 60 acciones violentas, en las que han dejado la vida seis de sus militantes. Las dos de mayor resonancia que le atribuyen las fuerzas policíales francesas fueron el asesinato en febrero de 1982 de dos policías de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), en la localidad de Baigorri, y el asesinato de un gendarme en Leon (departamento de las Landas) en agosto de 1983, acción en la que otro agente resultó herido. La o...
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Iparretarrak es un pequeño grupo terrorista que viene actuando en el País Vasco francés desde el año 1973.
En sus 15 años de vida, la organización ha realizado unas 60 acciones violentas, en las que han dejado la vida seis de sus militantes. Las dos de mayor resonancia que le atribuyen las fuerzas policíales francesas fueron el asesinato en febrero de 1982 de dos policías de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS), en la localidad de Baigorri, y el asesinato de un gendarme en Leon (departamento de las Landas) en agosto de 1983, acción en la que otro agente resultó herido. La organización no se ha responsabilizado de ninguno de estos dos atentados.
El mayor éxito se lo apuntó Iparretarrak en diciembre de 1986, cuando consiguió sacar de la cárcel de Pau a dos de sus militantes, después de varios meses de letargo de la organización.
La dirección del grupo vasco francés está a cargo, según la policía del país vecino, de Gabriel Mouesca, detenido el pasado sábado, Philipe Bidard y Joseph Etxebeste.
Iparretarrak ha mantenido tradicionalmente serias divergencias con ETA, por cuanto el grupo terrorista español ha deseado siempre mantener el territorio del País Vasco francés como refugio y santuario para la realización de las acciones armadas en España.
La realización de acciones directamente contra el Estado francés ha sido considerada por ETA como una provocación que ponía en peligro la situación de numerosos refugiados y alentaba a la colaboración de Francia con España para la represión del independentismo armado.
La última ofensiva de Iparretarrak, de tan desastrosos resultados, coincidiendo con la acentuación de la colaboración franco-española y la persistencia de las expulsiones, pudiera ser el signo de que se ha producido un cambio en las relaciones entre ambas organizaciones terroristas, que a partir de ahora están, supuestamente, dispuestas a enfrentarse a los dos Estados por igual.