Industria afirma de fundamento la que carece reticencia de la banca a invertir en el sector eléctrico

La reticencia de la banca nacional a invertir en el sector eléctrico carece de todo fundamento financiero, según se desprende de un riguroso informe elaborado por expertos del sector por encargo del Ministerio de Industria y Energía. El informe señala que, "a partir de 1990, el cash-flow del sector eléctrico será suficiente para reducir el nivel de deuda, a pesar de invertir, durante el período 1987-1990, 1,55 billones de pesetas". En el fondo de debate, agudizado durante las últimas semanas, entre la banca privada y las eléctricas, por una parte, y'el Ministerio de Industria y el Banco de Esp...

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La reticencia de la banca nacional a invertir en el sector eléctrico carece de todo fundamento financiero, según se desprende de un riguroso informe elaborado por expertos del sector por encargo del Ministerio de Industria y Energía. El informe señala que, "a partir de 1990, el cash-flow del sector eléctrico será suficiente para reducir el nivel de deuda, a pesar de invertir, durante el período 1987-1990, 1,55 billones de pesetas". En el fondo de debate, agudizado durante las últimas semanas, entre la banca privada y las eléctricas, por una parte, y'el Ministerio de Industria y el Banco de España por otra, late la pretensión de las primeras de forzar una alternativa a los problemas del sector por la única vía del aumento de tarifas.

Entre las conclusiones más relevantes del informe, que desde junio se encuentra en poder de los bancos, que han minimiza do su contenido, destaca la que señala que el margen bruto de las empresas eléctricas a partir de 1986 (313.600 millones de pesetas) será superior a las necesidades para el pago de intereses (294.100 millones de pe setas en el citado ejercicio). Ello revela que el sector eléctrico tiene capacidad para atender sus obligaciones financieras. El margen bruto se define como la diferencia entre los ingresos y los gastos no financieros (gastos de personal, combustible y generales). El análisis del estudio tiene en cuenta al sector eléctrico privado, excluida Fuerzas Eléctricas de Cata luña, SA (FECSA). Se refiere, por tanto, a Iberduero; Hidroeléctrica Española (Hidrola), Unión Eléctrica-Fenosa, Compañía Sevillana de Electricidad, Hidroeléctrica del Cantábrico, Electra del Viesgo e Hidroeléc trica de Cataluña (Hidruña).Para 1992, el margen bruto previsto crecerá hasta los 510.100 millones de pesetas, mientras que el coste de los intereses se habrá reducido hasta los 206.200 millones de pesetas, generando un superávit de 303.000 millones de pesetas.

Expertos del sector consideran contradictoria la actual posición de la banca privada en relación a su postura mantenida en años anteriores. Según estas fuentes, no se comprende la reticencia actual a invertir en un sector a pesar de su superávit financiero si se tienen en .cuenta las importantes inversiones efectuadas en el pasado, en que las perspectivas de las eléctricas eran realmente inciertas. En 1985, por ejemplo, el margen bruto fue de 265.000 millones de pesetas y la factura de los intereses superó los 280.000 millones.

Tres condiciones

Según el informe son necesarias tres condiciones para la financiación ortodoxa de las inversiones: que el margen de explotación sea suficiente para atender los intereses de la deuda; que el cash-flow permita atender, de forma creciente, las devoluciones de principal no derivadas del proceso, inversor, y que el cash-flow permita atender las nuevas inversiones y mantener la estructura financiera. Los autores del traba o concluyen que "las empresas del sector eléctrico (excluidas FECSA e Hidruña) cumplen las tres condiciones de ortodoxia financiera, antes de 1990".Por otra parte se afirma que la subida puntual de los tipos de interés en 1987 no pone en peligro la ortodoxia financiera anterior, por considerar que existe la posibilidad de flexibilizar las inversiones, la retribución de los fondos propios y las tarifas.

En relación a la subida de los tipos de interés, se indica que el tipo medio utilizado en el año 1987, en las proyecciones anteriores, fue el 11,4%. En este aspecto indican que un tipo medio del 14%, lo que supone un crecimiento del 22%, permitiría al sector eléctrico pagar todos los intereses con el margen bruto, que para 1987 se cifra en 361.000 millones de pesetas. También considera que esta subida puntual de los tipos de interés podría exigir demandas de financiación ajena mayores que las previstas, pero que, sin embargo, podrían amortiguarse e incluso evitarse mediante una reducción de la inversión o una reducción de los dividendos.

En relación con la rentabilidad se destaca que "la rentabilidad esperada durante el período 1988-1992 de los fondos invertidos en el pasado en el sector eléctrico será superior al 10%". Según el informe, hasta 1987 el capital efectivamente desembolsado era aproximadamente el 60% del capital social.

Con objeto de aumentar el atractivo del sector eléctrico para los capitales propios se prevé hacer una imputación de amortizaciones en cuenta de resultados más acorde con los ingresos del sector. Para ello se diseña un plan de amortización, previamente determinado, que reúna los siguientes requisitos: flexibilidad anual de amortización inferior al 15% y un fondo de amortización generado en el período 1988-1992 constante.

Las proyecciones en este caso prevén un total de -amortizaciones entre 1988 y 1992 de 1,011 billones de pesetas. El beneficio de explotación oscilaría entre los 62.300 millones de pesetas en 1987 y los 94.000 millones en 1992.

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