Cartas al director

Ser y estar

He leído con atención el comentario que mi buen amigo Mario Muchnik (EL PAIS, 18 de junio de 1987) dedica a un artículo mío (EL PAIS, 27 de mayo de 1987) o, más bien, al único punto entre las varias cuestiones ahí planteadas que parece haberle intercado. Observo que, quizás involuntariamente, viene a confirmar e ilustrar con su escrito lo que decía yo en el mío y no vale la pena de repetir ahora. Pero, al insistir como insiste sobre el pretendido carácter trascendente del holocausto judío rebajando a un plano anecdótico los padecimientos de quienes, no siéndolo, sufrieron iguales atrocidades, ...

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He leído con atención el comentario que mi buen amigo Mario Muchnik (EL PAIS, 18 de junio de 1987) dedica a un artículo mío (EL PAIS, 27 de mayo de 1987) o, más bien, al único punto entre las varias cuestiones ahí planteadas que parece haberle intercado. Observo que, quizás involuntariamente, viene a confirmar e ilustrar con su escrito lo que decía yo en el mío y no vale la pena de repetir ahora. Pero, al insistir como insiste sobre el pretendido carácter trascendente del holocausto judío rebajando a un plano anecdótico los padecimientos de quienes, no siéndolo, sufrieron iguales atrocidades, propone Mario una distinción entre el ser y el estar que, la verdad, no pasa de pura broma, y, por cierto, reconozcámoslo, broma un tanto macabra.- Francisco Ayala

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