Editorial:

Jueces para Euskadi

EL JUICIO contra el parlamentario de HB Juan Carlos Yoldi ha concluido con su condena a 25 años por la comisión de varios delitos de carácter terrorista. La Audiencia de Bilbao, en funciones de Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, le había juzgado debido al fuero de que goza como diputado autonómico, que perderá si la condena impuesta adquiere firmeza.Frente a las infamantes sospechas de debilidad y de inhibición en la lucha contra el terrorismo que el Gobierno ha querido echar sobre los jueces en Euskadi, esta sentencia de Yoldi constituye una prueba palpable de que los integrantes d...

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EL JUICIO contra el parlamentario de HB Juan Carlos Yoldi ha concluido con su condena a 25 años por la comisión de varios delitos de carácter terrorista. La Audiencia de Bilbao, en funciones de Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, le había juzgado debido al fuero de que goza como diputado autonómico, que perderá si la condena impuesta adquiere firmeza.Frente a las infamantes sospechas de debilidad y de inhibición en la lucha contra el terrorismo que el Gobierno ha querido echar sobre los jueces en Euskadi, esta sentencia de Yoldi constituye una prueba palpable de que los integrantes del poder judicial en el País Vasco tienen, cuando menos, la misma capacidad profesional y la misma entereza moral que sus colegas de la Audiencia Nacional, en Madrid, para juzgar conductas terroristas. Con un fallo absolutorio esta consideración no se hubiera modificado un ápice. Porque no es la condena el objetivo de la acción de la justicia, sino la evaluación serena e independiente de los hechos delictivos que llegan a su conocimiento. Y hay que convenir, por todos los datos que han trascendido del desarrollo del juicio y por el análisis de la propia sentencia, que la actuación de los 11 magistrados de Bilbao ha sido modélica. Han llevado con rigor la dirección y el control de la vista del juicio y han protegido al máximo las garantías del procesado. Pero han demostrado no menos rigor al oponerse a las maniobras dilatorias de la defensa del acusado.

El Gobierno debería aprender a pedir disculpas por las acusaciones hechas a los jueces vascos. El caso Yoldi demuestra la inutilidad de la Audiencia Nacional, al margen de su rechinante constitucionalidad. Es en Euskadi donde el futuro político de Euskadi debe resolverse. Algo demasiadas veces repetido por unos y por otros, pero sólo muy ocasionalmente llevado a la práctica.

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