Tribuna:EL OMBUDSMAN

Cosas que, al parecer, interesan a los lectores

Desde Sevilla, un lector, Francisco Ramón Dotor Castilla, envía al defensor de los lectores un par de folios para dejar constancia de su extrañeza y malestar porque EL PAÍS desde su fundación, 4 de mayo de 1976, no se ha ocupado nunca de informar sobre la romería de la Virgen de la Cabeza. Nos indica que este año se han barajado cifras de asistencia de hasta medio millón de personas, las cofradías presentes han sido más de 50 y señala que "La Virgen es la más antigua de Andalucía, pues se descubrió, o apareció, el 12 de agosto de 1227, durante el reinado de Fernando III, 10 años antes de la co...

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Desde Sevilla, un lector, Francisco Ramón Dotor Castilla, envía al defensor de los lectores un par de folios para dejar constancia de su extrañeza y malestar porque EL PAÍS desde su fundación, 4 de mayo de 1976, no se ha ocupado nunca de informar sobre la romería de la Virgen de la Cabeza. Nos indica que este año se han barajado cifras de asistencia de hasta medio millón de personas, las cofradías presentes han sido más de 50 y señala que "La Virgen es la más antigua de Andalucía, pues se descubrió, o apareció, el 12 de agosto de 1227, durante el reinado de Fernando III, 10 años antes de la conquista de Córdoba y 21 de la de Sevilla. El santuario, aunque reconstruido tras la guerra civil, data de los primeros años del siglo XIV, y es casi, con toda seguridad, el más antiguo de Andalucía".Las razones con los argumentos de la protesta son reconocidas como válidas por el delegado de EL PAÍS en Sevilla, Sebastián García, quien subraya: "Tienen razón al quejarse de que EL PAÍS no se ha ocupado de la romería de la Virgen de la Cabeza, cerca de Andújar (Jaén), a la que cada año acuden en mayo cientos de miles de fieles y que está empezando a ser, ciertamente, un fenómeno de masas notable. Vaya en nuestro descargo la lejanía del lugar, la cual no facilita nuestra tarea. De todas formas, y aunque la devoción mariana no figura precisamente entre las prioridades de este periódico, prometemos que el año que viene será distinto"."

"Water" no; retrete, sí

En la información del pasado 22 de mayo publicada en EL PAÍS y titulada "30 presos comunes se autolesionan en la cárcel de Nanclares de la Oca", el corresponsal en Vitoria, José M. Vitoria, señalaba que las autolesiones se las habían producido con "trozos de taza de water y otros objetos punzantes". El subdirector adjunto de Relaciones Internacionales de Radiotelevisión Española, Mariano González-Arnao, nos advierte sobre la utilización del término, "que fue importado a mediados del siglo pasado por la pequeña burguesía española, analfabeta, cursi y retrógrada, que creía que pronunciar la palabra castellana retrete era una ordinariez. La razón del desprecio británico por el término water closet es obvia. Cuando alguien dice bater o water closet está haciendo alusión directa al agua encerrada en una cisterna que, una vez utilizada la cadena, se desborda, arrastrando el excremento. Los ingleses tienen razones para evitar el uso de esta palabra estúpidamente importada a España por unos ignorantes cursis que pretendían ser más finolis al sustituirla por el término retrete o cualquiera de sus sinónimos". Efectivamente, el lector tiene razón. Según se señala en el Libro de estilo de EL PAÍS, debe decirse: "Water (de water closet). Escríbase retrete, servicios o lavabos".

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Una foto equivocada

EL PAÍS cometió un lamentable error al publicar en Sociedad el pasado 1 de mayo, a dos columnas, la foto de "una niña gitana del extrarradio de Madrid" para ilustrar un reportaje dedicado al abandono de los hijos. El tema tratado por Inmaculada de la Fuente no hacía referencia ni citaba en ningún momento a ciudadanos gitanos. Manuel Martín Ramírez, en nombre de la Asociación Nacional Presencia Gitana, protesta airado por haber "recuadrado una cara de niña ajena por completo al reportaje, cerrando el artículo de modo destacado y deliberado para que, sin necesidad de influjos subliminales de mayor fuste, quede retenida en la memoria del lector potencial del artículo la conjunción del título del mismo, la foto que lo acompaña y el pie que lo explica".

La queja de Martín Ramírez está justificada, y así lo reconoce el jefe de la sección de Sociedad, José Miguel Larraya: "Creo que el lector tiene toda la razón. Se actuó con precipitación al incluir una fotografía de archivo sin relación con el tema. Es un error que no tiene excusa".

Errores sobre el Amazonas

Antonio Núñez Jiménez, viceministro cubano de Cultura, contaba en EL PAÍS del pasado 12 de abril, en un amplio y documentado reportaje titulado "De los Andes al Amazonas", la aventura de 40 expedicionarios que han revivido en canoa el periplo que efectuaron indios quechuas precolombinos. Entre los innumerables datos que se barajaban, un vigilante lector del periódico, Armando López Carrasco, ha encontrado dos errores: "Se dice en el texto del escrito que el caudal del Amazonas en su desembocadura es de 63.000 metros cúbicos por segundo en épocas normales y de 200.000 en períodos de crecida. A este respecto, la enciclopedia Salvat señala 60.000 y 190.000, respectivamente, lo cual supone bastante diferencia. Un poco más adelante se indica que "el Amazonas será recorrido a lo largo de 3.000 kilómetros hasta la ciudad brasileña de Manaos...". Aquí sí que las cifras resbalan. Desde Iquitos (Perú) a la desembocadura del río existen 3.700 kilómetros. Si a esta cantidad le restamos los 1.300 que hay de Manaos hasta el final más los 75 que separan Iquitos de la confluencia del río Napo con el Amazonas (también en Perú), resulta que nos quedan 2.325 kilómetros de río Amazonas por recorrer únicamente".

"Esta operación se puede realizar de otra manera -concluye el lector-. Si a los 3.165 kilómetros del Amazonas que corresponden a Brasil les restamos los 1.300 de Manaos a la desembocadura y les añadimos 450 kilómetros que cubren la distancia entre la frontera brasileña y la unión de Napo con el Amazonas, salen 2.315 kilómetros, cantidad sensiblemente parecida a la anterior".

El defensor de los lectores también ha echado cuentas, y ha comprobado que estas cifras son aproximadas, lo que, naturalmente, no quita importancia a la anomalía citada.

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