La ONU critica el apoyo occidental a la política de Suráfrica en Namibia

La sesión extraordinaria del Consejo de la ONU para Namibia fue clausurada ayer en Luanda, tras cuatro días de duración, con la presentación de un documento final que fue calificado de duro por los observadores occidentales respecto a los anteriormente emitidos por este organismo en referencia a las críticas de la ocupación ilegal de Namibia por parte de Suráfrica y, especialmente, al apoyo de potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido y República Federal de Alemania) a la política de colonización de Pretoria

Bélgica fue el único país de los 31 que integran dicho consejo que no...

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La sesión extraordinaria del Consejo de la ONU para Namibia fue clausurada ayer en Luanda, tras cuatro días de duración, con la presentación de un documento final que fue calificado de duro por los observadores occidentales respecto a los anteriormente emitidos por este organismo en referencia a las críticas de la ocupación ilegal de Namibia por parte de Suráfrica y, especialmente, al apoyo de potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido y República Federal de Alemania) a la política de colonización de Pretoria

Bélgica fue el único país de los 31 que integran dicho consejo que no se unió al consenso en los apartados del documento que condena expresamente a la RFA por su proyecto de descargar residuos nucleares en Namibia, así como la explotación ilegal de las materias primas de este territorio. Bruselas, que actualmente tiene la presidencia de la Comunidad Europea y único país europeo occidental presente en el comité, consideró no apropiado citar con su nombre a la RFA en este capítulo de condenas, que deja fuera a otros países que desarrollan la misma política, según informaron fuentes occidentales.Estas acusaciones se centran en la "supuesta ayuda para el desarrollo" dada por la RFA al Gobierno ilegal de Namibia impuesto por Pretoria, así como el proyecto de los alemanes occidentales y Suráfrica de "crear un depósito de residuos nucleares en el desierto de Namibia, en la costa occidental de Namibia".

Otra de las condenas explícitas en dicho documento es la de el "apoyo que Pretoria y la Administración de Reagan dan a los mercenarios de UNITA para desestabilizar un Gobierno soberano (Angola) e intensificar la represión del pueblo namibio".

Los redactores de la declaración evitaron nombrar por su nombre a Estados Unidos en relación al apoyo político y militar dado al grupo guerrillero angoleño dirigido por Jonas Sabimbi. El objetivo, según los observadores, es el de dejar una puerta abierta a este país de cara a unas eventuales negociaciones con el Gobierno angoleño sobre el conflicto en el Africa austral.

El consejo también hizo un llamamiento para que se adopten medidas "apropiadas y legislativas", que aseguren la puesta en práctica del decreto número 1 de la ONU que rechaza la explotación ilegal de las riquezas de Namibia. En este sentido, el consejo pide específicamente a los Gobiernos de la RFA, de los Países Bajos del Reino Unido y de Irlanda del Norte que renuncien a la extracción ilegal del uranio namibio".

También se condena en el documento la entrega de armas, incluidos los misiles Stinger, a los guerrilleros de UNITA, así como la utilización por parte de Suráfrica del territorio de Namibia para lanzar sus agresiones contra los Estados independientes del África austral y, especialmente, Angola.

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