El Gobierno español pedirá la cláusula de salvaguardia contra la importación de ovino

La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos aprobó el pasado jueves, a propuesta del Ministerio de Agricultura, solicitar a la Comisión Europea la aplicación de la cláusula de salvaguardia para reducir las importaciones de carne de ovino procedentes de países terceros, durante los meses de mayo, junio y julio.El mercado español de -carne de ovino se ha visto fuertemente alterado en los últimos meses por la importación de carne de cordero congelada desde Australia y Nueva Zelanda, que resulta más barata. La Comisión Europea ha sido receptiva a estos problemas, según fuentes de Agr...

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La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos aprobó el pasado jueves, a propuesta del Ministerio de Agricultura, solicitar a la Comisión Europea la aplicación de la cláusula de salvaguardia para reducir las importaciones de carne de ovino procedentes de países terceros, durante los meses de mayo, junio y julio.El mercado español de -carne de ovino se ha visto fuertemente alterado en los últimos meses por la importación de carne de cordero congelada desde Australia y Nueva Zelanda, que resulta más barata. La Comisión Europea ha sido receptiva a estos problemas, según fuentes de Agricultura, y la semana pasada aprobó ayudas para el almacenamiento privado de este tipo de productos. Las subvenciones comunitarias son de 93.000 pesetas por cada 100 kilos de carne de cordero que los particulares almacenen durante dos meses, y de 103.000 pesetas si el período es de cuatro meses.

A la vez, la carne de cordero española ha encontrado una gran aceptación en el resto de los países comunitarios. La decisión española se interpreta parcialmente como reacción a la actitud francesa en el tema de las exportaciones españolas de fresa. Justamente, las organizaciones de agricultores han denunciado que las autoridades francesas han bloqueado la entrada de cordero español alegando problemas fitosanitarios. Asimismo, según Jesús Portera, gerente de la CNAG (Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos), las autoridades francesas han empezado a exigir que las exportaciones de cordero lleven los documentos sanitarios en español y francés, "en un claro intento de paralizar nuestras ventas". Por el contrario, las exportaciones francesas entran en España con los documentos sólo en francés.

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