Tribuna:La jubilación anticipada de los catedráticos

Profesores eméritos

Los posibles efectos negativos para las universidades de la anticipación a los 65 años de la edad de jubilación obligatoria, de los profesores pueden paliarse con la creación de la figura del profesor emérito. Un grupo de profesores se lamenta en este artículo de las dificultades que está encontrando su propuesta de nombramiento de Pedro Laín Entralgo como profesor emérito de la universidad Complutense, de la que fue rector y a la que dedicó la mayor parte de su vida docente.

En 1978 se produjo la jubilación del profesor Laín, hecho que sólo supuso en su biografía un cambio administrati...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los posibles efectos negativos para las universidades de la anticipación a los 65 años de la edad de jubilación obligatoria, de los profesores pueden paliarse con la creación de la figura del profesor emérito. Un grupo de profesores se lamenta en este artículo de las dificultades que está encontrando su propuesta de nombramiento de Pedro Laín Entralgo como profesor emérito de la universidad Complutense, de la que fue rector y a la que dedicó la mayor parte de su vida docente.

En 1978 se produjo la jubilación del profesor Laín, hecho que sólo supuso en su biografía un cambio administrativo, dado que prosiguió asistiendo al departamento de Historia de la Medicina, donde, cada año, ha impartido un curso de doctorado en Humanidades Médicas, sin recibir ni esperar a cambio más que la gratitud de sus compañeros y discípulos. De su actividad investigadora dan fe los numerosos libros publicados en estos últimos años. Por todo ello, cuando, en enero de 1986, se constituyó el marco legal adecuado para proceder al nombramiento de profesores eméritos en nuestra universidad, los profesores de Historia de la Medicina consideramos llegado el momento de reclamar el reconocimiento oficial de los méritos científicos y académicos -de quien ha dedicado más de 40 años de su vida a la universidad Complutense, sin ceder -como queda dicho- en su empeño al adquirir el status de jubilado.Requisitos

Pero entre los requisitos establecidos por la junta de gobierno de la Complutense había uno que vetaba nuestra propuesta: "No se podrá hacer primer contrato (de profesor emérito) a ningún profesor que haya cumplido 69 años de edad" (acuerdo de la junta de gobierno de 17 de diciembre de 1985). Nos esforzamos por comprender la razón de semejante norma y supusimos que al ser la universidad Complutense la que cuenta en su plantilla con mayor número de profesores de elevada edad, llegados en muchos casos de otras universidades -no es éste el caso de nuestro candidato-, tal medida tenía por objeto evitar una avalancha de solicitudes; téngase en cuenta que la figura del profesor emérito se había creado coincidiendo con la anticipación de la edad de jubilación del profesorado a 65 años. Añadamos que, al parecer, las propias autoridades ministeriales y académicas han visto en esta figura una solución al problema que, sin duda, constituiría la anticipación de la edad de retiro. De manera, pues, enteramente coyuntural, la figura del profesor emérito quedaba desvirtuada, por lo que manifestamos entonces nuestro desacuerdo a las autoridades competentes, reiterando la propuesta de que se procediese al nombramiento de Pedro Laín Entralgo como profesor emérito, "convencidos de que este nombramiento honrará muy en primer lugar a nuestra institución, que se verá prestigiada al seguir contando (con él) entre su profesorado".

Nuestra propuesta no ha prosperado hasta ahora, pese a que las solicitudes de nombramientos de profesor emérito no están siendo tan abundantes como en principio se creía. Dado, pues, que no existe un conflicto entre oferta y demanda -ya que, por otra parte, los profesores susceptibles de ser nombrados eméritos que superan la

Archivado En