Tribuna:HACIA LA INTEGRACIÓN MONETARIA DE EUROPA

Las empresas y la creación de un espacio financiero europeo

El autor destaca la importancia de lograr un espacio financiero europeo para las estrategias globales de las empresas del continente, uno de cuyos puntos de apoyo básicos es la ampliación de la utilización del ECU (unidad de cuenta europea). Lograr un acuerdo político e institucional sobre el tema es difícil, porque ello supone renunciar a la autonomía en la dirección de las respectivas políticas monetarias de los Estados miembros. Para avanzar, el firmante -presidente de una multinacional italiana- propone realizar la integración monetaria mediante la colaboración de las distintas institucion...

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El autor destaca la importancia de lograr un espacio financiero europeo para las estrategias globales de las empresas del continente, uno de cuyos puntos de apoyo básicos es la ampliación de la utilización del ECU (unidad de cuenta europea). Lograr un acuerdo político e institucional sobre el tema es difícil, porque ello supone renunciar a la autonomía en la dirección de las respectivas políticas monetarias de los Estados miembros. Para avanzar, el firmante -presidente de una multinacional italiana- propone realizar la integración monetaria mediante la colaboración de las distintas instituciones ya existentes, en vez de crear otras nuevas.

Europa puede ofrecer una importante oportunidad a las empresas europeas que adopten una orientación global e internacional en sus estrategias de crecimiento.Puede ofrecer:

- Un mercado amplio.

- Un mercado no segmentado por barreras proteccionistas y de tipo monetario.

Hasta hoy se han dado importantes pasos hacia la liberalización de los intercambios comerciales y hacia la estabilización de los índices de cambio. Esto ha hecho crecer la integración-comunitaria en el plano comercial y ha limitado los efectos alteradores que la utilización de barreras proteccionistas y las devaluaciones competitivas tienen en la competitividad.

Limitados son los resultados obtenidos en lo referente a la liberalización de los movimientos de capital y a la integración de los mercados financieros europeos.

Crear un espacio financiero europeo, con normas y controles comunes para tutelar la estabilidad del sistema sería de gran relevancia para la financiación de las estrategias globales de las empresas.,

Proceso de integración

Reforzar el sistema monetario europeo y ampliar su estabilidad tendría gran importancia para la financiación de las estrategias globales de las empresas.

Reforzar el sistema monetario europeo y ampliar la utilización del ECU (unidad de cuenta europea) pueden contribuir de modo consistente al proceso de integración de las estructuras financieras nacionales.

Al constituirse el sistema monetario europeo se previeron dos fases:

- La llamada fase uno, consistente en definir un acuerdo sobre los índices de cambio.

- La fase dos, consistente en constituir un fondo monetario europeo, a saber, una especie de banco central europeo encargado de aplicar una política monetaria común.

La segunda fase no se ha realizado, sobre todo porque suponía que las autoridades nacionales renunciasen a su autonomía de dirección de la política monetaria.

Así pues, la dificultad en alcanzar un acuerdo político e institucional tan complejo ha retrasado el proceso de unificación monetaria, pese a que, entre tanto, se haya realizado una gradual convergencia de algunas variables económicas importantes (índices de crecimiento y de inflación).

El objetivo de la integración monetaria se puede perseguir de forma realista mediante acuerdos de carácter técnico, sin cambios radicales en las estructuras institucionales. En vez de entrar en la fase dos del sistema monetario europeo, la Comunidad debería realizar la fase uno y medio, cuya principal característica podría ser la colaboración entre las instituciones existentes, más bien que la creación de nuevas instituciones.

El modo como se administró el acuerdo de cambio de 1979 (sobre todo en las fases de realineación de las paridades centrales) demuestra que ya existe una experiencia de cooperación entre las instituciones monetarias nacionales.

La cooperación respecto a los índices de cambio ha sido objeto de la fase uno y ha permitido evitar alteraciones en las flujos comerciales debidas a las fluctuaciones monetarias.

La cooperación respecto a los porcentajes de interés puede ser objeto de la fase uno y medio y ser útil para evitar alteraciones en los flujos monetarios debidas a una conducción competitiva y no coordinada de los índices de cambio.

Fugas de capital

La liberalización de los movimientos de capital (como, en el pasado, la liberalización comercial) sacaría a flote el problema de reforzar la competitividad de los mercados nacionales. Cada país debería tratar de evitar el ser un exportador de capitales.

Un acuerdo de cooperación respecto a los porcentajes de interés conseguiría eliminar los efectos que alteran la competitividad de los mercados financieros, la cual dependería entonces exclusivamente de la madurez y la eficiencia de las estructuras nacionales.

De modo análogo, la competitividad de los productos depende, gracias al acuerdo de cambio, de la madurez y la eficiencia del sistema productivo, más bien que de las modificaciones de los índices de cambio.

El acuerdo sobre los porcentajes de interés conseguiría liberalizar los movimientos de capital y reduciría la posibilidad de que hubiese fugas de capital desestabilizadoras.

Crear un mercado monetario europeo (es decir, títulos a breve y brevísimo plazo) con amplitud y liquidez capaces de atraer a los inversores, podría favorecer la realización de la fase uno y medio y la cooperación respecto a los porcentajes de interés.

Un mercado monetario europeo podría ser la sede en que los bancos centrales llevasen a cabo sus operaciones de mercado abierto para controlar la líquidez y garantizar el respeto al acuerdo sobre los índices de cambio y sobre los porcentajes de interés.

La creación de un amplio mercado monetario en ECU ofrecería la oportunidad de ejercer un control comunitario sobre el sistema.

Para estimular una mayor utilización de la Unidad de Cuenta Europea y de actividades financieras a breve plazo denominadas en unidades de cuenta europeas es posible identificar algunos elementos:

Catalizadores

a) Por un lado, los Gobiernos europeos podrían comprometerse a emitir títulos de deuda pública denominados en ECU (unidad de cuenta europea). La existencia en el mercado de tomadores de alto nivel (como los. Estados) podría jugar el papel de catalizador para atraer hacia el mercado inversores bancarios e individuales. A medio plazo, lo mismo podría consistir en que tomadores privados (como las empresas) partitipasen en el mercado.

b) Por otro lado, las autoridades monetarias deberían estar autorizadas para poseer y utilizar ECU privados, destinados a operaciones de mercado abierto en unidades de cuenta europeas para controlar la liquidez y el respeto a los acuerdos sobre los índices de cambio y los porcentajes de interés. Hasta ahora, los dos circuitos del ECU, el privado y el oficial, han estado separados, lo que ha impedido que los bancos centrales jugasen un papel activo en la regulación del mercado de la unidad de cuenta europea.

Estas propuestas permitirían dar pasos significativos hacia la integración monetaria y financiera europea sin cambios institucionales radicales, que en - esta fase las autoridades nacionales no parecen poder aceptar.

Mario Schimberni es presidente de Montedison.

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