El Ministerio francés del Interior toma medidas para provocar el cierre de una veintena de revistas

LLUIS BASSETS El Ministerio francés del Interior ha prohibido a los editores de cinco publicaciones mensuales la venta en los quioscos, la publicidad y la difusión de carteles, y ha notificado a cinco revistas mensuales y una semanal, que en el plazo de 15 días se les aplicarán parecidas medidas de no mediar un escrito de descargo convincente. De las 10 revistas afectadas, ocho son de contenido erótico, una de humor y comics y otra de información general dedicada a homosexuales. Entre 10 y 20 publicaciones más, no identificadas, han recibido idénticas notificaciones. El ministerio que dirige C...

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LLUIS BASSETS El Ministerio francés del Interior ha prohibido a los editores de cinco publicaciones mensuales la venta en los quioscos, la publicidad y la difusión de carteles, y ha notificado a cinco revistas mensuales y una semanal, que en el plazo de 15 días se les aplicarán parecidas medidas de no mediar un escrito de descargo convincente. De las 10 revistas afectadas, ocho son de contenido erótico, una de humor y comics y otra de información general dedicada a homosexuales. Entre 10 y 20 publicaciones más, no identificadas, han recibido idénticas notificaciones. El ministerio que dirige Charles Pasqua fundamenta las medidas en una ley de 1949 de protección de la juventud. En la práctica, significa la prohibición y desaparición de estas revistas.

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La distribución de una publicación en Francia requiere la concesión de un número de registro por parte de un organismo mixto, formado por la Administración y por los gremios profesionales, que no concede el visado de difusión cuando existen las prohibiciones dictadas ahora por el Gobierno.La nueva ofensiva moralista de Charles Pasqua fue apoyada ayer por el primer ministro, Jacques Chirac, en unas declaraciones en las que aseguró que "no hay prohibición ni censura", sino únicamente medidas de protección de la juventud. Las reacciones contrarias no se han hecho esperar, incluso en el propio Consejo de Ministros. El ministro de Cultura, François Léotard, se declaró "hostil por naturaleza a toda censura" y partidario de que los jueces y no las autoridades administrativas resuelvan este tipo de problemas. Léotard se mostró partidario de una reforma urgente de la legislación de protección a los jóvenes.

La ex ministra y ex presidenta del Parlamento Europeo Simone Weil, que pertenece a la actual mayoría conservadora, aseguró que "el hecho de prohibir periódicos es grave", y solicitó "una mayor concertación para que no se pueda hablar de censura en Francia". El secretario de Estado para los Derechos Humanos Claude Malhuret, aseguró que no estaba al corriente de la iniciativa de Pasqua y se manifestó dispuesto a realizar una gestión urgente ante el ministro del Interior. Portavoces del Centro Democrático Social (CDS), perteneciente también a la mayoría gubernamental, manifestaron su disconformidad con las medidas y su acuerdo con la prohibición de publicidad de este tipo de revistas.

"Medidas de otra era"

Las reacciones en el Partido Socialista fueron todas de condena de la iniciativa de Pasqua. El ex ministro de Cultura Jack Lang las calificó "de medidas pertenecientes a otra era contra la libertad de escribir y de editar". "Los hombres de cultura", afirmó, "dicen con una sola voz a los hombres del poder: 'no queremos regresar al orden moral, dejadnos vivir y trabajar libremente'". La Prensa fue unánime ayer, con las excepciones destacadas del conservador Le Figaro y del comunista L'Humanité, que no hacían referencia alguna a la prohibición. El conservador Le Quotidien de Paris, en cambio, se añadía a las filas de los opositores a la política de moralización del Gobierno.

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El protagonista del escándalo el ministro del Interior, Charles Pasqua, declaró que no tenía intención de mostrarse "ni tolerante ni laxista en lo que se refiere a los menores y al desenfreno". "No quiero dedicarme a la caza de brujas", subrayó, "pero la libertad no es libertinaje, y es esencial proteger a los jóvenes". El ministro de los Territorios de Ultramar, Bernard Pons, y el dirigente del ultraderechista Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, han apoyado sin reservas a Pasqua. Una fuente del Ministerio del Interior recordó que, desde 1982 hasta 1986, es decir, con Gobiernos socialistas, 620 publicaciones, casi todas ellas importadas, fueron objeto de prohibiciones semejantes.

El Salón del Libro

Las revistas mensuales ya prohibidas son Absolus lettres, Le Grup y Privé madame, editadas por ediciones La Fortune, y Absous y Privé, editadas por la Sociedad Francesa de Revistas. Las que han recibido el aviso son las mensuales New Look, Penthouse, Photo y L'Echo des Savannes, del grupo editorial Filipachi, socio de Hachette, y el semanario Ga¡ pied, editado por las Ediciones del Triángulo Rosa. Gai pied había publicado recientemente entrevistas con el ministro de Comercio, Michel Noir, y, con el secretario de Estado, Claude Malhuret.

La coincidencla de la prohibición con el Salón del Libro de París ha convertido el certamen en un foro de agitación contra las medidas de Pasqua. Para el próximo día 29 de marzo ha sido ya convocada una manifestación en defensa de la libertad de prensa, mientras numerosas personalidades de la vida intelectual y política francesa han empezado estampar su firma en un escrito de protesta.

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