Contra la droga

Leo estos días en EL PAÍS diversas noticias sobre las acciones emprendidas por la Coordinadora de Barrios denunciando la venta de drogas en distintos puntos de Madrid. Personalmente no me atrevo a afirmar que exista o pueda existir connivencia de la policía con los vendedes de droga, tal y como afirma dicha coordinadora. Pero lo que sí que me parece es que la actuación de la policía en este campo no es de lo más eficaz.Vivo en la zona de la calle de Barceló de esta capital, y los vecinos de esta zona vemos cómo, desde hace meses, todas las noches un grupo de personas, a cuyo frente hay varias ...

Leo estos días en EL PAÍS diversas noticias sobre las acciones emprendidas por la Coordinadora de Barrios denunciando la venta de drogas en distintos puntos de Madrid. Personalmente no me atrevo a afirmar que exista o pueda existir connivencia de la policía con los vendedes de droga, tal y como afirma dicha coordinadora. Pero lo que sí que me parece es que la actuación de la policía en este campo no es de lo más eficaz.Vivo en la zona de la calle de Barceló de esta capital, y los vecinos de esta zona vemos cómo, desde hace meses, todas las noches un grupo de personas, a cuyo frente hay varias de raza árabe, se dedican a la venta de droga, ofreciéndola a todo el que pasa a su lado y teniendo comoclientes más habituales a los asiduos de una cercana discoteca. Estos hechos son reiteradamente denunciados. Es cierto que la policía, con cierta frecuencia, realiza controles en la zona. Pero estos controles los efectúa en hora temprana de la tarde, cuando de todos es conocido que los camellos actúan por la noche, al menos en esa zona, resultando de ello que la policía actúa en unas horas en las que todavía no se ha comenzado a mercadear con la droga, con lo que su eficacia es nula.

Con todo esto, lo único que quiero significar es que tanto la fiscalía antidroga como la policía deben coordinar sus actuaciones y programas a fin de erradicar los puntos fijos de venta de droga en Madrid, que de sobra son conocidos por todos, y con más motivo por la policía, dotando de mayores medios a la fiscalía antidroga, a fin de que se convierta en un mecanismo eficaz y no en un mero órgano decorativo.