LOS CONFLICTOS EN LA SANIDAD

La protesta obliga al ministerio a suspender la adjudicación de plazas de médicos residentes

El ministro de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, decidió ayer aplazar "hasta nuevo aviso" la adjudicación de las 1.861 plazas para médicos internos residentes (MIR) "ante la imposibilidad física de constituir la mesa de adjudicación". Un gran número de licenciados en Medicina que habían ganado este año dichas plazas, otros médicos que desempeñan la residencia en la actualidad y un numeroso grupo de estudiantes de Medicina impidieron el pasado martes, día 24, que se constituyera la mesa, como protesta por la distribución por comunidades autónomas que pretende llevar a cabo el ministerio....

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El ministro de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, decidió ayer aplazar "hasta nuevo aviso" la adjudicación de las 1.861 plazas para médicos internos residentes (MIR) "ante la imposibilidad física de constituir la mesa de adjudicación". Un gran número de licenciados en Medicina que habían ganado este año dichas plazas, otros médicos que desempeñan la residencia en la actualidad y un numeroso grupo de estudiantes de Medicina impidieron el pasado martes, día 24, que se constituyera la mesa, como protesta por la distribución por comunidades autónomas que pretende llevar a cabo el ministerio.

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Las huelgas de los médicos internos y residentes en todos los hospitales con docencia de Madrid y de otras 10 provincias, y los paros protagonizados por médicos de plantilla de algunos de estos hospitales en apoyo de las reivindicaciones de los pre-MIR (licenciados que han obtenido la plaza para especializarse), provocaron de nuevo ayer un importante deterioro en la asistencia sanitaria en muchos servicios e incluso afectaron a las urgencias en los hospitales más importantes, especialmente de Madrid.Ante la decisión del ministerio de aplazar la adjudicación de las plazas, José Manuel González, portavoz de la Coordinadora Pre-MIR, que dice representar a cerca de 1.000 de los 1.861 licenciados con derecho a plaza, aseguró: "No bajaremos la guardia hasta que no consigamos que el ministerio cambie el sistema de

adjudicación autonómica por el de cupo general, que es el que defiende la mayor parte de los pre-MIR y los MIR". Por su parte los MIR decidieron continuar en huelga hasta que el ministerio no vuelva al sistema antiguo de distribución por cupo general.

Sin embargo, otro grupo de licenciados con derecho a plaza de especialización presentó ayer en el Ministerio de Sanidad y Consumo un escrito, avalado por la firma de 300 pre-MIR, en el que se exige la inmediata adjudicación de las plazas mediante el sistema que sea. Según fuentes de este grupo, "se está manipulando un hecho administrativo simple, como es la adjudicación de plazas, para introducir unos factores acerca de los problemas de la sanidad en general, los de los MIR y los de los estudiantes, que nada tienen que ver con el hecho de la adjudicación".

El conflicto de los MIR ha supuesto un nuevo enfrentamiento del Colegio de Médicos de Madrid con la Organización Médica Colegial (OMC). Javier Matos, presidente del colegio de Madrid, anunció el pasado martes que dicho colegio se separaría de la OMC si se confirmaba que hubo un pacto del Ministerio de Sanidad con la OMC para distribuir las plazas de MIR por comunidades autónomas.

El presidente de la OMC, Ricardo Ferré, respondió ayer señalando que la OMC ha apoyado en todo momento las reivindicaciones de los MIR y que ha mostrado su disconformidad con el sistema de adjudicación adoptado por el ministerio. Ferré lamentó, por último, en nombre de la OMC, "los términos de irresponsabilidad en los que se han hecho las declaraciones de Javier Matos". La escisión a la que se refería Javier Matos ya se ha producido en la práctica desde que cesó Ramiro Rivera como presidente de la OMC y fue elegido el actual presidente, Ricardo Ferré (julio del año pasado). Desde entonces, el colegio de Madrid ha dejado de pagar las cuotas por colegiado a la OMC, que ascienden, según fuentes del Consejo General de Colegios de Médicos, a 100 millones de pesetas. Fuentes del Colegio de Madrid señalan, por el contrario, que la deuda asciende tan sólo a 400.000 pesetas y que esta cantidad se encuentra retenida en una cuenta corriente de una entidad bancaria de Madrid. La escisión se manifiesta, por otra parte, en la falta sistemática de comunicación entre ambas corporaciones.

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