Las seis grandes potencias acuerdan mantener la estabilidad de las monedas en los niveles actuales

Los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de los seis países más industrializados (Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Reino Unido y Canadá) acordaron ayer en París "cooperar estrechamente para promover la estabilidad de las tasas de cambio alrededor de los niveles actuales". La caída del dólar respecto al marco alemán y al yen japonés debe quedar interrumpida a partir de hoy, si las recomendaciones adoptadas tienen suficiente solidez. El compromiso se refiere también a la coordinación de las políticas económicas para lograr un crecimiento ...

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Los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de los seis países más industrializados (Estados Unidos, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Reino Unido y Canadá) acordaron ayer en París "cooperar estrechamente para promover la estabilidad de las tasas de cambio alrededor de los niveles actuales". La caída del dólar respecto al marco alemán y al yen japonés debe quedar interrumpida a partir de hoy, si las recomendaciones adoptadas tienen suficiente solidez. El compromiso se refiere también a la coordinación de las políticas económicas para lograr un crecimiento más equilibrado.

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La reunión quedó empañada por la retirada de la delegación italiana, en un gesto de despecho por la reunión previa del grupo de los cinco, a la que debían sumarse el domingo Italia y Canadá. "En tales circunstancias la participación italiana habría sido objetivamente residual y no habría comportado el mismo signicado en relación a las contribuciones de los otros representantes de los países amigos", afirmaba un comunicado difundido ayer por la Embajada de Italia en París. Según el Gobierno italiano, "el encuentro, convocado a partir del mandato recibido por los efes de Estado y de Gobierno en la cumbre de Tokio, ha sido precedido de hecho, por reuniones entre los ministros y gobernadores que componen el grupo de los cinco, configurando así una sustancial violación de los acuerdos precedentes". [El Gobierno italiano difundió ayer un comunicado en el que hacía notar que la actual situación hacía difícil la celebración de la reunión de Venecia, el próximo mes de junio, informa Juan Arias desde Roma.] Italia, sin embargo, ha afirmado que "un tal comportamiento no llevará de ninguna forma a limitar los esfuerzos emprendidos para reconstruir en un próximo futuro las bases de una sincera por tanto más eficaz cooperación internacional".

La unanimidad entre los ministros de Economía al término de la reunión era total, tanto en la valoración optimista de los acuerdos como en la ambigüedad del comunicado final y de sus declaraciones. El ministro francés, Edouard Balladur, calificó, no obstante, la reunión de "paso decisivo para el restablecimiento del orden monetario mundial.

Nadie quiso afirmar que se hubiera acordado una banda de fluctuación para las monedas, tal como proponía el secretario norteamericano del Tesoro, James Baker, a partir de una vieja idea francesa. La banda de fluctuación hubiera llevado a la creación por primera vez de una serpiente monetaria mundial y a la eliminación de la actual flotación del dólar. En el comunicado se reconoce que las últimas variaciones de las tasas de cambio "contribuirán de forma creciente a la reducción de los desequilibrios exteriores".

Medidas económicas

No se descarta, por tanto, que los seis hayan llegado a un callejón sin salida, en el que no se ha conseguido un acuerdo para crear una banda de fluctuación por serias discrepancias entre los participantes. Pero tampoco se excluye que se cuente con la intervención de los respectivos bancos centrales para evitar una fluctuación monetaria fuera de unos márgenes establecidos en secreto.

Las medidas de política económica que deben acompañar a la esperanza de estabilizar las monedas no comportan ningún dato nuevo. Cada uno de los participantes ha explicado su política de reactivación del mercado interior, cuando se trata de países con balanza comercial excedentaria, y de contención del déficit presupuestario y reactivación de las exportaciones cuando se trata de países con balanza comercial deficitaria. Todos los participantes están de acuerdo en "intensificar sus esfuerzos de coordinación en materia de política económica a fin de promover un crecimiento global más equilibrado y de reducir los desequilibrios actuales".

La República Federal de Alemania no va a avanzar finalmente su calendario de reforma fiscal, prevista para 1988 y destinada a reactivar el mercado interior, aunque anuncia que va a intentar aligerar más la fiscalidad. Japón, que ya ha bajado su tipo de interés hasta el 2,5%, aplicará una nueva reforma fiscal, actualmente en discusión en el Parlamento. Estados Unidos no va a añadir ninguna medida complementaria a sus deseos de eliminar el déficit presupuestario, aunque anuncia que intentará reducirlo del 3,9% del PNB para 1987 al 2,3% para 1988.

La reunión ha expresado su preocupación por las tendencias proteccionistas en la economía mundial. El problema de la deuda exterior del Tercer Mundo no ha sido objeto más que de unas palabras corteses sobre la necesidad de "esfuerzos de cooperación". Un epígrafe entero, en cambio, está dedicado a los países de nueva industrialización, cuya invasión de los mercados mundiales preocupa principalmente a EE UU. Según los seis, estos países deben reducir las barreras comerciales y permitir que sus monedas se revalúen.

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