CATALUÑA

Cinco empleados de un banco fueron secuestrados durante unas horas para denunciar una supuesta estafa

José Ramírez Herrero, residente en Montcada i Reixac, población situada a 12 kilómetros de Barcelona, mantuvo secuestrados durante más de seis horas a cinco empleados de banca para denunciar una estafa de la que supuestamente fue objeto por parte de un socio. El secuestro se inició sobre las diez de la mañana de ayer en la sucursal de La Caixa en Montcada i Reixac y finalizó a las 16.41, después de que Ramírez entregara las armas que llevaba consigo -una carabina, una pistola y un revólver- a las fuerzas de la policía que mantenían acordonada toda la zona.

Hacia el mediodía, el secuestr...

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José Ramírez Herrero, residente en Montcada i Reixac, población situada a 12 kilómetros de Barcelona, mantuvo secuestrados durante más de seis horas a cinco empleados de banca para denunciar una estafa de la que supuestamente fue objeto por parte de un socio. El secuestro se inició sobre las diez de la mañana de ayer en la sucursal de La Caixa en Montcada i Reixac y finalizó a las 16.41, después de que Ramírez entregara las armas que llevaba consigo -una carabina, una pistola y un revólver- a las fuerzas de la policía que mantenían acordonada toda la zona.

Hacia el mediodía, el secuestrador pidió, para deponer su actitud, la detención de diez personas y 75 millones de pesetas. Su historia no era la de un atracador habitual, sino la de un hombre que se sentía estafado porque le habían quitado su negocio "por medio de las armas". Durante el secuestro, Ramírez efectuó disparos intimidatorios, pero los rehenes, tras la liberación, subrayaron que habían recibido buen trato.José Ramírez trabajaba en los servicios informáticos de Motor Ibérica. Algunas fuentes aseguran que fue despedido y otras que aceptó una indemnización en una reducción de plantilla. A partir de ese momento entró en contacto con Julián Raúl Alonso García, subastero de profesión, definido por algunos vecinos de Montcada como un hombre que siempre va armado y acompañado de guardaespaldas.

Raúl Alonso era propietario de un pub denominado El Mirall. Al parecer, Ramírez y Alonso se asociaron para este negocio y para el montaje de otros dos bares. Hubo discrepancias y en junio Ramírez fue agredido junto al local. Le recogieron dos guardias urbanos apellidados Suárez y Casado, considerados amigos de Alonso por fuentes allegadas al secuestrador.

Un mes después, el citado local fue víctima de un incendio provocado. Al parecer, el mismo había sido asegurado poco antes por la compañía La Estrella, propiedad del banco Hispano Americano. El director de la sucursal de este banco en Montcada, Raúl Murciano, fue despedido en octubre, al parecer en relación con el seguro. Los guardias, el subastero y el director figuraban en la lista de personas que el secuestrador quería que se detuvieran.

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