La familia de un joven muerto en una operación se querella por imprudencia
La familia de un muchacho de 12 años, que falleció en un hospital de Oviedo cuando iba a practicársele una operación en una rodilla, ratificó una querella por posible delito de imprudencia temeraria profesional con resultado de muerte, presentada al día siguiente del fallecimiento. La querella se dirige con carácter subsidiario contra el Insalud y la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias, a los que se exige 15 millones de pesetas de indemnización.
Miguel Angel Martínez Cueto iba a operarse de una atrofia de cuadríceps en la rodilla derecha en la mañana del 4 de diciembre ...
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La familia de un muchacho de 12 años, que falleció en un hospital de Oviedo cuando iba a practicársele una operación en una rodilla, ratificó una querella por posible delito de imprudencia temeraria profesional con resultado de muerte, presentada al día siguiente del fallecimiento. La querella se dirige con carácter subsidiario contra el Insalud y la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias, a los que se exige 15 millones de pesetas de indemnización.
Miguel Angel Martínez Cueto iba a operarse de una atrofia de cuadríceps en la rodilla derecha en la mañana del 4 de diciembre en el hospital Monte Naranco, de Oviedo, dependiente de la Consejería de Sanidad.
El niño, cuyo estado preoperatorio era normal, sufrió una parada cardíaca en el quirófano por lo que fue trasladado urgentemente al hospital Nuestra Señora de Covadonga, del Insalud, donde se recuperó momentáneamente pero sufrió poco después un edema pulmonar que le causó la muerte en la tarde de ese mismo día.
El padre de Miguel Ángel presentó una querella en el Juzgado número 3 de Oviedo al día siguiente del fallecimiento y la ratificó ayer. Al muchacho se le practicó la autopsia el sábado 6 por la mañana. Desde entonces la familia, según dijo su padre ayer, no recibió ninguna explicación médica de la muerte del niño.
La Dirección Regional de la Salud Pública emitió ayer un comunicado en el que aseguraba que "el fallecimiento no se originó por deficiencias en la actuación profesional recibida por el paciente ni por deficiencias en el instrumental".