GENTE

Olga Ramos,

la veterana cupletista, se convirtió en la noche del pasado sábado en asombrada espectadora de su propio público tras dedicar su saludo al embajador de Chile, Enrique Campos Menéndez, a quien invitó a subir al escenario de su restaurante-espectáculo, Noches del Cuplé. Aunque el público era más bien carrozón y conservador, un grupo de espectadores manifestó su protesta con silbidos, golpes en las mesas y gritos de "¡Asesino, Pinochet". Olga Ramos trató de calmar los ánimos con frases como "yo soy apolítica" y "los artistas no deseamos enfrentar al público". Pero cuando Enrique Cam...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

la veterana cupletista, se convirtió en la noche del pasado sábado en asombrada espectadora de su propio público tras dedicar su saludo al embajador de Chile, Enrique Campos Menéndez, a quien invitó a subir al escenario de su restaurante-espectáculo, Noches del Cuplé. Aunque el público era más bien carrozón y conservador, un grupo de espectadores manifestó su protesta con silbidos, golpes en las mesas y gritos de "¡Asesino, Pinochet". Olga Ramos trató de calmar los ánimos con frases como "yo soy apolítica" y "los artistas no deseamos enfrentar al público". Pero cuando Enrique Campos trató de salir de la situación con un mensaje en "la lengua de la madre patria" con invocaciones al "corazón" y al "amor", un espectador recordó: "Pinochet mata", y el abucheo fue general.

Archivado En