Cartas al director

El Festival de Otoño

Los firmantes de este escrito desean manifestar su profundo rechazo al fondo y a la forma de los dos artículos publicados en el diario EL PAíS los días 7 y 8 del presente mes en los que consideramos se atenta de manera intolerable contra la dirección del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, proyectando de manera insidiosa una imagen falsa de una persona -Pilar de Yzaguirre-, a quien, solidariamente, situamos fuera de cualquier sospecha.En los tres años de vida del Festival de Otoño de Madrid, su dirección ha logrado darle una dimensión y características que le sitúan en calidad próximo...

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Los firmantes de este escrito desean manifestar su profundo rechazo al fondo y a la forma de los dos artículos publicados en el diario EL PAíS los días 7 y 8 del presente mes en los que consideramos se atenta de manera intolerable contra la dirección del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, proyectando de manera insidiosa una imagen falsa de una persona -Pilar de Yzaguirre-, a quien, solidariamente, situamos fuera de cualquier sospecha.En los tres años de vida del Festival de Otoño de Madrid, su dirección ha logrado darle una dimensión y características que le sitúan en calidad próximo a otros conocidos festivales de larga tradición; a pesar de iniciarse en un ámbito y, en unas condiciones económicas, sociológicas y culturales mucho más precarias y desfavorables, ocupando actualmente un bien ganado puesto en el circuito de los grandes festivales mundiales, desde el cual le permitirá, cada vez mejor, continuar presentando espectáculos y actividades culturales de alta calidad en condiciones posibles y favorables.

Este logro, este bien, que nos pertenece ya a todos los habitantes de la Comunidad de Madrid, nos obliga también a cuidarlo y mantenerlo de manera decidida y comprometida no sólo con nuestro impulso y presencia en el mismo, sino tratando de conseguir una dotación y estructura que le capacite para abordar creaciones y producciones de la más alta envergadura y estima que -de igual manera que otros nos visitan- puedan significar la aportación nuestra a la empresa general de la cultura.

Sabemos cuán apto es nuestro país para destruir, con simples y rastreras insinuaciones, importantes actividades nacientes que encierran en su interior enormes esfuerzos de muchas personas que ilusionadamente se sobrepasaron en trabajo para conseguir ofrecer a nuestro espíritu un regalo y un placer, y queremos ahora por ello puntualizar algunos de los logros que nuestro Festival de Otoño ha conseguido.

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Sin ánimo de competir, sustituir o eliminar otras loables y atractivas ofertas culturales y es cénicas, sino, por el contrario, complementándolas y abriendo nuevas y más amplias vías y en tusiasmos, el Festival de _Otoño ha aportado una tribuna ecléctica y amplia a sectores del arte y del espectáculo que han permanecido mucho tiempo casi ajenos a nosotros: bien en forma de nuevas tendencias musicales o escénicas, haciéndonos partícipes de esas líneas que, queramos o no, criticables, deseables o rechaza bles, son las que Occidente está creando y desarrollando; o en el ámbito del conocimiento de las artes y formas tradicionales de las grandes culturas no occidentales, aportando y abriendo una espectativas [sic] que, sincera mente, consideramos absoluta mente necesario incrementar.

No puede ignorarse -salvo por quienes intentan de manera maniquea desmontar una actividad de un sólo [sic] trazo de pluma- que el Festival de Otoño, sin demagogia, sino con hechos, ha logrado una extraordinaria participación popular, insertando ofertas culturales de gran calidad y dignidad en ciudades y pueblos usualmente yermos de ellas, llevando a nuevos grupos de personas a unirse y entusiasmarse en una realidad cultural más amplia, faceta eminente en un verdadero festival que quiera hacer honor a ese nombre.

El festival ha incorporado a sus actos lugares y entornos de gran belleza e interés ambiental, espacial y artístico, consiguiendo que personas de otros países y comunidades que nos visitan y acuden al festival, y también nosotros mismos, puedan conocer, contemplar y gozar.

Para quienes tengan inquietudes y capacidades creadoras, el festival ha abierto una plataforma de proyección internacional

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