Cartas al director

Reconversión del cine

Le ruego tenga la amabilidad de publicar las siguientes puntualizaciones a la información aparecida, el 29 de octubre y que reproduce de una manera parcial mis declaraciones a la redactora Ángeles García sobre modificaciones legislativas en materia cinematográfica.1. En las últimas semanas, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), que actualmente dirijo, ha venido estudiando la necesidad de pequeñas modificaciones en el conjunto de disposiciones legales que rigen la cinematografía española. Estas modificaciones se refieren a aspectos muy concretos, pero no sustanc...

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Le ruego tenga la amabilidad de publicar las siguientes puntualizaciones a la información aparecida, el 29 de octubre y que reproduce de una manera parcial mis declaraciones a la redactora Ángeles García sobre modificaciones legislativas en materia cinematográfica.1. En las últimas semanas, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), que actualmente dirijo, ha venido estudiando la necesidad de pequeñas modificaciones en el conjunto de disposiciones legales que rigen la cinematografía española. Estas modificaciones se refieren a aspectos muy concretos, pero no sustanciales, de dicha legislación, cuya validez global nunca he puesto en duda. Desde que me hice cargo del ICAA he venido repitiendo que estoy plenamente de acuerdo con el decreto de Protección a la Cinematografía de 1983, que puso en marcha mi antecesora y amiga Pilar Miró, gracias al cual ha sido posible iniciar una reconversión de la producción cinematográfica española. Por lo tanto, la política cinematográfica española seguirá rigiéndose en base a dicho decreto, como pieza fundamental de nuestro marco jurídico. Las novedades legislativas que me propongo introducir no son sino desarrollo del decreto de 1983 o pequeñas variantes que la experiencia obtenida después de tres años de funcionamiento aconsejan, y creo que estas modificaciones están en el espíritu que animó la elaboración de dicho decreto y tienen como objetivo una mayor consolidación y racionalización de la industria de producción.

2. En cuanto se refiere a la supuesta discriminación en la concesión de subvenciones, debo aclarar una vez más que todas las películas españolas están subvencionadas en base a dos criterios objetivos: el 15% de su recaudación en taquilla y un 25% más de dicha recaudación para aquellas películas cuyo presupuesto supere los 55 millones de pesetas, cifra hoy día muy baja y que es mi intención revisar.

Las subvenciones anticipadas se otorgan en función de una serie de criterios, como la previsible calidad artística, cultural y cinematográfica de cada proyecto o la seriedad industrial del mismo. Dichas subvenciones son informadas por una subcomisión de valoración técnica que forman 12 personas, de amplio conocimiento profesional o de reconocido prestigio en el mundo de la cultura o la industria del cine. Cuando alguna de estas personas tiene el proyecto de trabajar en una película para la que se va a solicitar una subvención, se le exige su inmediata dimisión.

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Como muestra de la flexibilidad de dicha subcomisión, cabe destacar que títulos tan dispares como El Sur, de Víctor Erice; La ley del deseo, de Pedro Almódovar; Asignatura aprobada, de José Luis Garci; Sé infiel y no mires con quién, de Fernando Trueba; Mientras haya luz, de Felipe Vega, o Sufre, mamón, de Manuel Summers, han tenido una fuerte subvención anticipada.

En cuanto al funcionamiento y la mecánica de dicha subcomisión, que cumple exclusivamente funciones de asesoramiento, soy yo, como director general del ICAA, quien la determina. Efectivamente, siendo directora general Pilar Miró, se rebajaban los presupuestos presentados por las productoras con la idea de evitar una excesiva inflación en los costes. Yo he pensado que para evitar susceptibilidades en los productores era más operativo mantener cifras presentadas por los productores en aquellos casos en que se ajustaran racionalmente a la finalidad del proyecto, devolviéndoles en cambio, aquellos presupuestos que la subcomisión considera hinchados artificialmente, o consultándoles en casos de dudas concretas en alguna partida. No se trata, por tanto, de cuestiones morales, como sugiere el artículo de Ángeles García, sino sencilla

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mente de métodos de trabajo que difieren en la forma, pero no en el fondo. Difícilmente podría ser así puesto que yo mismo formé parte de la subcomisión en tiempos de Pilar Miró.

3. Recientemente he mantenido una conversación con el presidente de la Asociación de Realizadores de Cine (ADIRCE), Antonio Giménez-Rico, y nada me ha comentado sobre la supuesta disconformidad de los directores españoles con la política de subvenciones seguida por el ICAA, y me consta que él personalmente la apoya de manera efectiva.

4. Existe una contradicción evidente entre la afirmación de que "las posibilidades de recuperación del dinero que el Estado invierte en el cine es por el momento muy escasa" y la frase que se escribe a continuación: "durante el pasado ejercicio se ha logrado una devolución del 55,78% de dichas subvenciones anticipadas, que efectivamente es una proporción escandalosamente superior a la obtenida en Francia: el 13%- director general de Cinematografía.

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