LA PRESENCIA ESPAÑOLA EN LA OTAN

España negociará simultáneamente su integración en la OTAN y la reducción de tropas estadounidenses

Fuentes diplomáticas de Washington y Madrid coinciden en que a largo plazo tendrán que simultanearse la negociación sobre la participación española en la OTAN y la negociación sobre la reducción de la presencia militar norteamericana en España. Las fuentes diplomáticas estiman que cuando se llegue a hablar en la OTAN de las misiones que se establecerán para España y para el territorio español, habrá que examinar al mismo tiempo las misiones militares que para la Alianza Atlántica desempeñan ya las fuerzas de EE UU instaladas en España.La mismas fuentes señalan, por ejemplo, que el ala aérea tá...

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Fuentes diplomáticas de Washington y Madrid coinciden en que a largo plazo tendrán que simultanearse la negociación sobre la participación española en la OTAN y la negociación sobre la reducción de la presencia militar norteamericana en España. Las fuentes diplomáticas estiman que cuando se llegue a hablar en la OTAN de las misiones que se establecerán para España y para el territorio español, habrá que examinar al mismo tiempo las misiones militares que para la Alianza Atlántica desempeñan ya las fuerzas de EE UU instaladas en España.La mismas fuentes señalan, por ejemplo, que el ala aérea táctica estadounidense con sede en Torrejón tiene misiones asignadas en, Turquía, lo que no se corresponde con la postura del Gobierno de la aportación a la OTAN, limitada al territorio nacional, y que, siguiendo el principio de la 110 integración militar, España esté exenta de la jurisdicción de los mandos internacionales de la OTAN. Y el caso del ala táctica es; un ejemplo claro. Siguiendo toda la lógica planteada, España tendría que pedir que estas millones estadounidenses para la OTAN se llevaran a cabo desde bases situadas fuera del territorio español. Y, según fuentes norteamericanas, no es probable que otros países accedan a acoger lo que España no quiere.

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Con vistas al planeamiento de la defensa en la Alianza, en el que quiere participar España, ésta presentará en su día (no lo ha hecho hasta ahora, según los medios diplomáticos consultados) el cuestionario Informe anual nacional, que Francia no presenta. Este informe incluye datos sobre gastos militares, nivel de dotación de las Fuerzas Armadas, preparación de las unidades y de sus misiones y otros datos. El Ministerio de Defensa de cada país rellena el cuestionario, que obliga sólo a informar sobre las unidades asignadas a la OTAN (aunque en el caso español no habrá tal asignación). Sobre la base de estos datos, presentados en verano, se, establecen los objetivos y planes de fuerza de la OTAN.

El ingreso

Toda la historia comenzó, cuando, la víspera del 23 de febrero de 1981, el candidato a presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, anunció formalmente que España iba a solicitar su ingreso en la OTAN. En un breve espacio de tiempo, España suscribió el Tratado del Atlántico Norte, y lo ratificaron el Parlamento español y los de los otros 151 países miembros. El 30 de mayo de 1982, los instrumentos de ratificación del protocolo de adhesión de España eran depositados en Washington, concretándose la pertenencia de España a la OTAN.

En julio de ese año comenzaron las conversaciones preliminares con la OTAN para la integración española, interrumpidas con la llegada del PSOE al poder. Entretanto, España pasó a formar parte del Eurogrupo y del Grupo de Planes Nucleares, situación con la que. se encontró el Gobierno socialista, y que teóricamente congeló.

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En la primera reunión (en diciembre de 1982) del Consejo del Atlántico Norte a la que asistió el entonces titular de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, éste comenzó la práctica de no suscribir los comunicados finales de las reuniones ministeriales de la OTAN (salvo las del Eurogrupo, que no es estrictamente OTAN), a la espera de la revisión de la situación española. Pero Morán afirmó que entretanto España seguiría siendo un aliado fiel y colaborador. El entonces embajador en la OTAN, Javier Rupérez, cesó, y su puesto fue cubierto por el número dos de la delegación, Jaime de Ojeda.

La Administración socialista se inventó la situación de observador para poder seguir asistiendo, a partir de la primavera de 1983, a las reuniones ministeriales del Grupo de Planes Nucleares, si bien representada por el embajador español ante la OTAN, Jaime de Ojeda. En marzo pasado, España anunció su plena participación en este grupo, al que asistirá el 21 de octubre en Escocia Narcís Serra, ministro de Defensa. Desde la reunión de marzo, España suscribe todos los comunicados oficiales de la OTAN. Claro que anteriormente suscribió también las declaraciones de la OTAN de Bruselas, en diciembre de 1983, y de Washington, en la primavera siguiente, sobre las relaciones Este-Oeste.

El Comité Militar

Durante la Administración socialista se negoció también la contribución española al presupuesto civil de la Alianza Atlántica (3,5% del presupuesto total o 350 millones de pesetas en 1986). España además asumió en 1984, como le correspondía por orden alfabético, la presidencia de honor del Comité Militar, cuyos participantes visitaron Madrid.

En enero de 1985, España entró a participar en la organización de la OTAN para el mantenimiento y aprovisionamiento de equipo militar (NAMSO), y en enero de 1986, presidió el Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), en el que participan los países europeos de la Alianza, si bien no es un órgano de esta última.

El cambio mayor de actitud de los socialistas respecto a la OTAN llegó con el decálogo enmateria de seguridad y defensa que el presidente del Gobierno, Felipe González, expuso el 23 de rnárzo de 1984. En diciembre de 1985 se iniciaban las consultas con los aliados sobre la contribución española a la OTAN, que se fórmalizarían tras el referéndum.

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