Cartas al director

Mujeres en el Gobierno

Casi todos los ciudadanos de este país esperábamos la transición, luego el cambio y, como última esperanza, antes del desgaste final, la entrada en la Comunidad Europea. Todo sucedió más o menos atado, pero con una democrasia a lo Almanzor. Tanto es así que cualquier mujer española, al leer el reportaje de Rosa Montero sobre la composición del Gobierno noruego, con el 40% de mujeres, más que sana envidia siente que vive (no voy a decir en África, seguro que allí existen países más progresistas) en un país prehistórico y atípico y que además presume de moderno.Si el 52% de la población e...

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Casi todos los ciudadanos de este país esperábamos la transición, luego el cambio y, como última esperanza, antes del desgaste final, la entrada en la Comunidad Europea. Todo sucedió más o menos atado, pero con una democrasia a lo Almanzor. Tanto es así que cualquier mujer española, al leer el reportaje de Rosa Montero sobre la composición del Gobierno noruego, con el 40% de mujeres, más que sana envidia siente que vive (no voy a decir en África, seguro que allí existen países más progresistas) en un país prehistórico y atípico y que además presume de moderno.Si el 52% de la población está formado por mujeres, resulta que nos gobierna el otro 48%, sin tener en cuenta para nada a la otra mitad. Algo extraño sucede, y no se trata de buscar disculpas como que todo lo que no se hizo en los famosos 40 años no se puede hacer en cuatro. Pero es que no hay que hacer nada. Ahí están. "Haberlas, haylas"; no se han extinguido, siguen haciendo cosas y, es más, estudiando.-

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