Agua embalsada en los cráteres de los volcanes

Un reto tecnológico para aliviar el déficit hidráulico canario

Un ambicioso plan de balsas (depósitos reguladores) para el aprovechamiento de los excedentes de aguas subterráneas durante las épocas de lluvias en el norte de Tenerife dará desde esta semana respuesta a la deficitaria situación hidráulica de Canarias. La inauguración, el próximo sábado, del primer embalse, Montaña de Taco, de los 18 programados por el Cabildo Insular de Tenerife y las consejerías de Obras Públicas y Agricultura del Gobierno autónomo, es fruto de una inversión pública de 3.250 millones de pesetas destinada a racionalizar el uso del agua en las islas, que está materialmente en...

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Un ambicioso plan de balsas (depósitos reguladores) para el aprovechamiento de los excedentes de aguas subterráneas durante las épocas de lluvias en el norte de Tenerife dará desde esta semana respuesta a la deficitaria situación hidráulica de Canarias. La inauguración, el próximo sábado, del primer embalse, Montaña de Taco, de los 18 programados por el Cabildo Insular de Tenerife y las consejerías de Obras Públicas y Agricultura del Gobierno autónomo, es fruto de una inversión pública de 3.250 millones de pesetas destinada a racionalizar el uso del agua en las islas, que está materialmente en manos privadas. Esta experiencia inédita en el archipiélago ha resultado además un reto para la ingeniería, ya que se han aprovechado las depresiones volcánicas del terreno: cráteres, calderas y barrancos.

El plan de balsas de Tenerife abarca una superficie de 582 kilómetros cuadrados, que comprende a 17 municipios con una población total de 205.000 habitantes. Se trata de la principal zona agrícola de la isla, unos 116 kilómetros cuadrados de cultivo. Este terreno productivo absorbe cerca del 90% de los 115.000 millones de litros de agua subterránea que fluyen anualmente de las 806 galerías (perforaciones horizontales en la montaña), 87 pozos y 1.87 manantiales existentes en dicho territorio.Con los datos facilitados, entre otras fuentes, por estudios como los denominados SPA-15 y MAC-21, que se realizaron en la década de los setenta a fin de planificar los recursos hidrológicos de la región, se pudo determinar que cada año se malgastan alrededor de 12.000 millones de litros de agua, ya que sólo se disponía de estanques particulares con una capacidad total de almacenamiento para 2.000 millones de litros.

Esta evidencia, y el hecho de que el acuífero de la isla disminuía a un ritmo anual de 120.000 millones de litros de agua, llevaron al Cabildo Insular de Tenerife a elaborar un estudio de viabilidad, en 1979, que sirviera de orientación sobre el ahorro de los excedentes invernales de aguas subterráneas. Como los caudales de las islas son permanentes, al disminuir la demanda en temporadas de lluvias, el agua que sobraba en los canales se perdía de forma irremisible.

4.000 millones de litros

De los 71 emplazamientos de balsas señalados inicialmente por el informe, al final se seleccionaron únicamente 18, con un volumen de 4.000 millones de litros de agua. El plan, iniciado en 1980 por el anterior presidente del Cabildo, José Miguel Galván, ha sido estos últimos años impulsado definitivamente por el actual titular de la corporación, José Segura."Hemos diseñado un prototipo de embalse ajustado a las características de las islas, huyendo de las obras gigantescas, eligiendo lugares estratégicos y estudiando con mucha precisión caso por caso, porque en este tema estaba todo por hacer en Canarias", declaró uno de los ingenieros proyectistas del plan en el Cabildo, José Fernández Bethencourt. El prototipo ideal de depósito regulador de aguas para las islas tiene ya un perfil propio. Se recomienda que sean embalses impermeabilizados con lámina delgada, capaces de albergar, con una cota no superior a 15 metros de altura. La balsa de Montaña de Taco, en el municipio de Los Silos, que será inaugurada el sábado por el presidente del Gobierno, Jerónimo Saavedra, marca un hito en la planificación hidráulica en las islas. Tiene capacidad para 822.000 metros cúbicos de agua y está ubicada en el interior del cráter de un cono volcánico. Para su construcción fue necesario un análisis sísmico previo, que ha sido calificado como una innovación en este tipo de obras.

Aún resta por cumplirla parte más sustancial del plan de balsas. La mayor parte de los depósitos reguladores distribuidos en siete núcleos comarcales está en fase avanzada de ejecución, por lo que se descarta que se repita la triste historia de otros proyectos hidráulicos de los años treinta y sesenta que fracasaron por diversas circunstancias. El reto actual de dicho programa será la elección política de un sistema de explotación del agua acumulada en las balsas con más posibilidades que el de la concesión. Como complemento al plan, el Cabildo se propone un programa de reutilización de aguas urbanas depuradas en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna.

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