ELECCIONES LEGISLATIVAS EN FRANCIA

El pulso entre Fabias, Jospin y Rocard

Laurent Fabius cometió, según fuentes del aparato socialista, un grave error el pasado mes de julio, cuando quiso imponerse como líder de la campaña electoral. Creyó que tenía suficiente fuerza como para barrer al primer secretario del Partido Socialista francés (PS), Lionel Jospin, porque había conseguido apaciguar el clima político tras la polvareda que provocó el proyecto de ley sobre educación y porque había logrado recuperar algunos puntos de popularidad tras el desastre de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en 1984.El primer ministro logró un resultado nulo en ...

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Laurent Fabius cometió, según fuentes del aparato socialista, un grave error el pasado mes de julio, cuando quiso imponerse como líder de la campaña electoral. Creyó que tenía suficiente fuerza como para barrer al primer secretario del Partido Socialista francés (PS), Lionel Jospin, porque había conseguido apaciguar el clima político tras la polvareda que provocó el proyecto de ley sobre educación y porque había logrado recuperar algunos puntos de popularidad tras el desastre de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en 1984.El primer ministro logró un resultado nulo en su pulso con Lionel Jospin, pero no consiguió por ello aumentar su autoridad en el seno del partido. "Laurent Fabius es todavía demasiado joven (cumplirá 40 años el próximo mes de junio) como para aspirar a la presidencia, de la República francesa. Su carrera política no está acabada, pero tendrá que pasar un tiempo en la sombra antes de reaparecer", aseguran los partidarios de Jospin.

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El caso de Michel Rocard es diferente. El ex ministro de Agricultura, de 56 años, anunció el pasado verano que se presentaría como candidato al Elíseo en 1988, dando por supuesto que Mitterrand no pretendería ser reelegido como jefe del Estado. Rocard jugó fuerte en el congreso que se desarrolló en Toulouse en octubre de 1985 y logró imponer una resolución de síntesis en la que se recogían parte de: sus críticas.

Su participación en la campaña electoral ha sido inteligente, según reconocen sus propios enemigos. Ha evitado los debates sobre el problema de la cohabitación o coexistencia y ha dado a sus intervenciones un tinte presidencialista, apartándose de la actualidad política y centrándose en los grandes temas económicos e internacionales.

"Lo mejor para Michel Rocard", ironizan los miembros del aparato, "sería que el partido socialista saliera claramente derrotado de estas elecciones". El partido debería entonces recurrir a él, que sige conservando altas cotas de popularidad.

Si el resultado de las elecciones del domingo ronda el 30%, Michel Rocard tendrá que participar de forma activa en el debat e interno que se abrirá inmediatamente y ganarse a pulso el apoyo del aparato del PS.

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